Agricultura

Al acecho del cereal: los conejos no dan tregua a los sembrados

Al mismo tiempo que afloran los brotes verdes de la tierra húmeda, se despejan de vegetación los orillos de las fincas sembradas de trigo y cebada hace escasos meses. Los conejos van cruzando de lado a lado de los caminos agrícolas, escondiéndose entre los tamarices y oquedades excavadas en los ribazos, en cuanto escuchan acercarse el motor de algún vehículo.

“Las fincas están como si fuera octubre, todo tierra, porque es nacer la cebada y los conejos lo arrasan todo. Aquí, como no llueva en abundancia, ya no vuelve a crecer nada. Es una verdadera plaga y cada vez hay más, así que cada vez es más complicado seguir tirando de esto”, lamenta Ángel, agricultor de Alesanco. Estos animales han hecho “verdadero daño” en el campo y “como no llueve, se echan a los sembrados y en dos noches te han destrozado una hectárea sin problema”.

En su caso, ha dado parte al seguro de unas diez o doce fincas, pero para cobrar algo hay que tener el 20 por ciento de la parcela dañada. “Y si luego llueve algo ya ven que hay verde y no te lo admiten porque dicen que no hay daños, pero luego que vengan en el tiempo de cosechar a ver si se llena o no el remolque. Así que para que te rente algo el seguro es mejor que los conejos arrasen toda la finca”, sentencia este cerealista, “desesperado”, que también cultiva viña y colza. “Si ya de por si es difícil tirar ahora de la agricultura al precio que está todo, los conejos lo rematan. Por no hablar de la especie de saltamontes que hay y que ataca a los brotes durante la noche”, añade.

Este agricultor de Alesanco incide en la importancia de una buena gestión cinegética, pero previa, “porque ahora ya es tarde para cazarlos porque ya se han reproducido”. Ángel apela a la Dirección General de Medio Ambiente para que “de caña a los cotos de caza para que vayan a cazar pronto en noviembre con el hurón” y apuesta por descastar a los conejos para evitar que se reproduzcan. “Es que la raza que hay ahora no es autóctona. Son conejos más grandes que los que te encontrabas hace años, y a mayor tamaño, mayor cantidad de alimento se llevan a la boca”.

“La situación es aún peor que el año pasado porque la sequía ha provocado que los conejos encuentren en los cultivos su principal fuente de alimentación, de ahí que las cebadas estén arrasadas. Y si no es el cereal, van a por los frutales, los almendros y las viñas”, apuntan desde ARAG-ASAJA. La organización agraria registró daños hasta en 72 municipios riojanos siendo 720 las hectáreas aseguradas que notificaron ataques por fauna silvestre, de ahí que sea una de las principales reivindicaciones del sindicato ante la administración “porque la situación es insostenible”.

El año pasado se habilitaron medidas cinegéticas especiales como la captura nocturna del conejo desde vehículos con focos o la impartición de cursos gratuitos para capturas con trampas selectivas, todo ello con el fin de lograr una óptima gestión de la superpoblación. Pero para este 2023 todavía no se ha anunciado ninguna actuación similar para atajar el problema. “Además, con la Ley de Agricultura paralizada, las alegaciones que presentamos con el fin de dotar de medidas de protección a los agricultores se quedan en ‘stand by'”.

Las quejas de los agricultores se extienden desde Alesanco y Baños de Río Tobía al resto de la comunidad pasando por Sorzano, Medrano, Entrena y Quel, por lo que la UAGR-COAG reclama a la Administración mayor implicación con “medidas preventivas para que no haya que estar todos los años con la misma cantinela”. Un problema, resalta, que “se ha echado sobre las espaldas de cazadores y agricultores sin que la Administración aborde este asunto con medios y predisposición”. Y es que junto a las fincas de cereal arrasadas, ya se empiezan a ver cepas roídas por los conejos, por lo que el miedo ahora recae en la próxima brotación de la vid.

Entre las medidas que plantea esta organización agraria se encuentran la subvención de un mayor coste de la caza nocturna que se puso en marcha el año pasado, así como el pago del guarda que ha de vigilar la velada. Así mismo, la UAGR-COAG reclama menos burocracia para los cotos y que sea la propia Administración la que se encargue de hacer los desbroces porque “con tanta burocracia y exigencias al final no se hacen”.

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