La Rioja

La Rioja, tierra de paso para los refugiados ucranianos

La mayoría de los 590 refugiados ucranianos que llegaron en 2022 a La Rioja ya no residen en la región

Hace prácticamente un año irrumpieron en el país cientos de familias procedentes de todos los puntos de Ucrania. Huían de una guerra y solo pedían amparo mientras dibujaban un mapa de flujos migratorios que se repartían por todo Europa. También llegaron a La Rioja, donde el Ministerio del Interior, a fecha de 1 de febrero de 2023, había otorgado la protección temporal a 590 personas, de un total de 165.629 a nivel nacional. Entre ellas se encuentran 109 jóvenes escolarizados en 43 centros repartidos por toda la comunidad, principalmente en aulas de Primaria, Educación Secundaria y FP Básica. Sin embargo, a día de hoy, la mayoría de refugiados llegados a La Rioja han emprendido su marcha a otras regiones, países e incluso han regresado a Ucrania, según tienen constancia desde Cruz Roja.

La Rioja se ha convertido así en un lugar de paso en ese camino en busca de la paz. La cifra concreta de desplazados que se han marchado de la comunidad es indeterminada dado la libertad de tránsito que existe entre países de la Unión Europea, explican desde Delegación del Gobierno, pero de esta realidad dan buena cuenta los propios municipios donde en algún momento de este largo viaje residieron refugiados. Es el caso de Navarrete, a donde llegaron dos familias que apenas permanecieron poco más de un mes antes de irse a un pueblo navarro donde contaban con algún familiar. También hasta Corera acudieron seis personas que se alojaron junto a unos vecinos ucranianos conocidos, aunque al cabo de dos meses emprendieron su marcha.

Otros grupos se repartieron por la capital riojana, Nájera, Haro, Santo Domingo de la Calzada, Villamediana, Albelda, Alberite, Nalda, Agoncillo y Arnedo, entre otras localidades, siendo esta última la que cuenta con un mayor porcentaje de población ucraniana en La Rioja. Y es que desde febrero de 2022 hasta el momento se han empadronado en Arnedo hasta 97 personas, muchas de las cuales llegaron a través de redes familiares, aunque en el mismo periodo de tiempo se han ido del municipio 24 personas.

En Quel, por su parte, llegó a haber hasta 18 personas alojadas en el albergue, pero poco a poco se fueron yendo, algunos incluso a su país de origen, hasta que han quedado tres familias, cada una ya instalada con su trabajo. La implicación de la gente, remarcan desde el Ayuntamiento, “fue increíble, de las veces que más se ha volcado la gente del pueblo en ayudar”. Además, también participó la ONG logroñesa COOPERA a la hora de gestionar la llegada de estos nuevos vecinos.

Desde la plataforma SOS Cameros se ofreció así mismo apoyo para alojar a los recién llegados y fueron 18 las personas que viajaron hasta el Camero Nuevo, concretamente hasta El Rasillo y principalmente mujeres. Ahora, en cambio, solo queda una familia de tres en la sierra. “Se repartió todo tipo de material, comida y ropa de abrigo porque hubo quien vino en chanclas y zapatillas. Se les ayudó también con el papeleo y hubo hasta quien dio dinero. Los vecinos de los municipios se volcaron enormemente y fue muy satisfactorio poder colaborar en una situación así. Por su parte, el alcalde de El Rasillo se coordinó para facilitar el trabajo, además de aportar todo el pan de su panadería cada día”, asegura Inmaculada Sáenz, portavoz de la plataforma y alcaldesa de Nieva de Cameros y Montemediano.

En Tormantos, en el linde con la frontera burgalesa, residen a día de hoy una madre con sus tres hijos escolarizados en Santo Domingo de la Calzada y también junto a la abuela. Hasta aquí llegaron tras pasar por la casa rural de Villalobar, donde se alojaron en un primer momento, pero con la temporada turística de verano tuvieron que abandonar el alojamiento. “Fue gracias a la ayuda de la asistenta social que les buscó un nuevo hogar para vivir y la verdad es que todo el pueblo se ha brindado desde el principio en ayudarles en todo lo posible”, relata la alcaldesa de Tormantos, Josefa Fernández.

Una distribución de personas que se desarrolló a lo largo y ancho de toda la comunidad autónoma y donde Cruz Roja ha jugado un papel clave como entidad encargada de facilitar esos puentes para el más de medio millar de desplazados ucranianos que han comenzado en La Rioja una nueva vida. El próximo 24 de febrero se cumple el primer aniversario de la invasión rusa al territorio ucraniano y la Asociación Ucrania-Rioja ha convocado una manifestación en Logroño para el día siguiente con el fin de que “nadie se olvide de que la guerra en Ucrania está sin terminar”, tal como remarca la portavoz de la organización, Veronika Martynova.

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