Entrevista

“El problema demográfico en Préjano es que no hay viviendas libres”

“El problema demográfico en Préjano es que no hay viviendas libres”

Eduardo Ruiz, con el pueblo de Préjano al fondo

Eduardo Ruiz fue el último hombre que nació en Préjano hace 53 años. Este antiguo pueblo minero a los pies del monte Isasa ha ido perdiendo población en las últimas décadas hasta colocarse actualmente en los poco más de 200 vecinos censados. Pero Eduardo resiste y quiere que desde fuera también se vea el atractivo del municipio con el fin de atraer habitantes jóvenes.

Ocupa la alcaldía de Préjano desde hace dos legislaturas, más otros tantos años antes ejerciendo como teniente alcalde de la mano de Santiago Jiménez y ya confirma que volverá a presentarse en las listas del próximo 28 de mayo, “pero no para optar a alcalde”.

– ¿Ya ha cumplido el cupo en el consistorio?

– Mi idea previa era no continuar en política, pero mis compañeros ya me han dicho que si yo no sigo, ellos tampoco, así que me veo obligado a ponerme en la lista. Lo que tengo claro es que no me gustaría salir como alcalde -ríe-, aunque ayude en todo lo que pueda. Yo nunca he querido ser la cara visible, pero hace ocho años me convencieron.

– ¿Cómo es gestionar un pueblo de estas características?

– Pues a mi parecer es más complicado que gestionar un pueblo grande o ciudad porque aquí el alcalde hace de todo. Lo mismo está en el pleno que tiene que ir a mirar el depósito del agua o arreglar una avería en una calle cuando no está el alguacil. Además en los últimos años han sido varios los secretarios que han pasado por el ayuntamiento y el tema administrativo se ha complicado. Pero creo que un ayuntamiento hay que gestionarlo como si fuera tu propia casa, sabiendo en qué hay qué gastar el dinero y que también hay que ahorra.

– Arnedo se llevó gran parte de la población de Préjano en los años 80 y 90 en busca de empleo. ¿Es el problema demográfico la principal lastra del municipio?

– Fueron muchos los jóvenes que se marcharon en esa época a trabajar y que ahora han regresado una vez jubilarse. Tal vez si ese éxodo nunca se hubiera producido ahora Préjano contaría con 30 o 40 vecinos más. Es cierto que ahora la mayor parte de la población es de avanzada edad, pero a su vez también percibo como una semilla de gente joven que quiere quedarse en el pueblo. El problema es que no encuentran viviendas libres y ahora son mucho más exigentes de lo que lo fuimos nosotros en su día a la hora de buscar un lugar donde vivir.

– ¿Se han reformado viviendas en los últimos años?

– Había dos viviendas en el colegio que una de ellas se compró hace unos años y la otra se reformó para sacarla a ordenanza por si hay alguien interesado. También hay otra vivienda encima del consultorio médico que la adquirió una mujer hace ya muchos años. El problema es que hay muchas casas que solo se abren en verano o fines de semana y otras que directamente no se quieren vender aunque no se utilicen. Luego también están las viviendas que se venden pero que a los jóvenes les parecen demasiado grandes. Así que ahora las esperanzas están puestas en unos terrenos que adquirió el Ayuntamiento para ponerlos en manos del IRVI y de otros solares que se puedan seguir comprando a vecinos del pueblo.

– ¿Cuál es la inversión más importante que se ha hecho en el pueblo?

– Sin duda, el castillo, una obra que jamás pensé que llegaría a materializarse y que nos ha costado unos 750.000 euros. Pero para ello han tenido que pasar 13 años, porque se inició en 2009 y hasta este 2022 no se ha completado la quinta y última fase, pero el resultado ha merecido la pena. Junto a la torre, se han reformado también el consultorio médico, lo que fue el antiguo ayuntamiento para reconvertirlo en un museo de minerales y una pequeña biblioteca y los lavaderos y la ruta en torno a ellos. Ahora surge la demanda de cubrir el frontón municipial, que se restauró hace ya muchos años y que supuso una obra muy importante para el municipio, así como la de hacer una nueva plaza, pero antes toca solucionar problemas más urgentes de calles y obras hídricas.

– ¿Qué balance hace de estos 16 años formando parte de la corporación municipal?

– Mira, solo digo que hace 16 años cogimos un Ayuntamiento con 600.000 euros en deudas y un patrimonio que estaba en estado ruinoso. Desde entonces, hemos liquidado todas esas deudas y restaurado todo el patrimonio que ya se puede decir que está al cien por cien arreglado. Y, además, hemos tenido tiempo para ahorrar y afrontar las obras venideras. Pero el cambio sustancial se produjo hace cuatro años con el cambio de Gobierno regional, porque hasta entonces estuvimos pidiendo por carta la rehabilitación del firme de la LR-382 y no hubo respuesta en ninguno de las dos ocasiones. Algo que con la entrada del nuevo Gobierno se solventó. Políticamente, siento que antes sí estábamos olvidados como pueblo y también como entorno rural, pero ahora tratan a Préjano como cualquier otro municipio. Ahora, me siento atendido y creo que es una sensación general entre el resto de alcaldes de estos pueblos.

– ¿Le gusta la política o se metió en la alcaldía por compromiso con el pueblo?

– Siempre he tenido mis ideas, pero nunca me ha gustado ser la cara visible de nada. Es más, tengo un despacho aquí y me he sentado cuatro veces contadas. Al final me toca estar, pero no me gusta el protagonismo. Yo lo que quiero es que las cosas que se hacen por mi pueblo salgan lo mejor posible.

– ¿Cómo atisba el futuro de Préjano?

– Si me pongo a imaginar mi pueblo de aquí a veinte años me gustaría verlo con más viviendas y más gente joven residiendo aquí. Si bien es cierto que para querer vivir en un pueblo has de existir un vínculo que muchas veces viene desde la niñez, con gente que ha nacido y vivido aquí y sabe de qué va el asunto. Porque no todo el mundo llevaría bien vivir en un pueblo como este, que en verano se está muy a gusto, pero en invierno el frío ya no es tan bonito.

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