La Rioja

Energías renovables en aldeas despobladas: “Una salida para seguir en los pueblos”

La aldea de Treguajantes, perteneciente a Soto en Cameros, nutre a 15 viviendas de energía fotovoltaica derivada de los 42 paneles solares instalados en sus tejados desde finales del año pasado. Aunque de forma habitual solo resida un vecino en este núcleo, son varios los ganaderos que hasta aquí se desplazan a diario para atender a sus animales y que hasta este momento se tenían que abastecer de sistemas de placas privados más rudimentarios e incluso con el apoyo de generadores, ya que el sistema de luz convencional desapareció a mediados del siglo XX con la despoblación de la aldea.

Treguajanates se ha convertido así en la primera comunidad energética de La Rioja, pero le siguen en este proyecto del Gobierno regional una decena de poblaciones de la sierra con características similares: Larriba (Ajamil), San Martín del Jubera y Santa Marina (Santa Engracia de Jubera), Luezas (Soto en Cameros), Turza (Ezcaray), Zenzano (Lagunilla de Jubera), El Collado (Santa Engracia de Jubera), Ambas Aguas (Muro de Aguas), San Vicente de Munilla (Munilla) y Carbonera (Bergasa).

“Llevábamos muchos años intentando buscar una solución a la falta de electricidad en las dos pedanía de Soto, Treguajantes y Luezas y por fin se modificaron ciertas normas en el Gobierno para facilitar este servicio y llevar luz a los núcleos poblacionales que no contaran con ella. Nos propusieron que fuera Treguajantes la primera aldea y aceptamos porque los vecinos tenían muchas ganas, así que fue una grata sorpresa”, recuerda el alcalde de Soto, Pedro Elías. Una inversión que asumió en mayor medida el Ejecutivo de Concha Andreu (138.362 euros), pero que también se repartió entre el consistorio (10.000 euros) y los propios beneficiarios, los propietarios de las viviendas (22.500 euros).

“Ahora gozamos de tener electricidad renovable y con las mismas prestaciones que puede tener un sistema convencional. La potencia instalada genera una electricidad de 4.400 W (la potencial habitual en cualquier vivienda de Logroño) para cada uno de estos 15 puntos que forman parte de la red, pero además la instalación está sobredimensionada en un 20 por ciento, por lo que aún se podría consumir más e incluso añadir un par de enganches más”, explica el primer edil. En concreto, se han instalado paneles solares Solarwatt de doble vidrio acompañados de inversores, baterías de litio de 50 kWh de acumulación y un grupo electrógeno de 80 kW para garantizar la continuidad del suministro.

Carlos Garrido es uno de los vecinos de Treguajantes que participa en este huerto solar. En su caso cuenta con una vivienda y una nave agrícola para el ganado donde tiene una sala de ordeño y enfriamiento de leche. Hasta noviembre, cuando concluyó la instalación del parque, se abastecía de un generador en el pabellón que le consumía unos 40 litros de gasoil semanales. “Echa cuentas de lo que salía eso al mes”. Mientras, en la vivienda se servía de unas placas sobre el tejado, “pero no daban ni para usar el frigorífico o el microondas, simplemente para enchufar la televisión y alumbrar la casa porque la potencia era de 500 W”.

Así que el cambio es considerable. A la espera de que se haga la nueva lectura del contador y conocer así el ahorro real, Carlos asegura que “esto es una salida muy importante para poder seguir en los pueblos trabajando en nuestras explotaciones de manera más cómoda y eficiente. Ya no hay problemas para usar electrodomésticos y seguir usando la calefacción de gasóleo como pasaba antes y, además, una vez se ha instalado este huerto solar, está previsto que se construyan dos viviendas más”.

La Rioja más rural y despoblada suma así un hito más en su afán de no desaparecer. “Esto es un apoyo importante que al menos ayudará a mantener a los vecinos que están ahora y sus descendientes, aunque no es una solución definitiva. Al final, el futuro de estos núcleos de población es muy complicado y una acción no va a conseguir que de repente un grupo de personas venga a habitarlos”, apunta Elías.

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