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Tinta y tinto: ‘Trasvases bajo el sol de la Sonsierra’

Ya tengo el alta médica. Oficialmente estoy ‘curado’ a los ojos de los profesionales sanitarios que han tratado mi adicción al culebrón del PP. Dos intensos meses sin probar ni gota azul para redescubrir el arcoíris de la política riojana, donde apenas brillan el naranja y el verde. El morado no se decide a aparecer con diferentes tonalidades y al verde oscuro regionalista le cuesta salir pese a sus fuerzas renovadas junto al negro del vacío. En este tiempo de desconexión, según recogen importantes medios de comunicación como este, Conrado Escobar ha sobrevivido a todas las adversidades para proclamarse como candidato del PP en Logroño y la consejera Raquel Romero ha vuelto a apropiarse de las instituciones para su bien personal. Nada nuevo bajo el sol de la Sonsierra. La vida sigue igual, Julio.

Decíamos en marzo de 2019, a dos meses de acudir a las urnas, que Escobar sería el “último superviviente” en caso de catástrofe natural. Cuatro años más tarde podríamos copiar (ctrl+c) y pegar (ctrl+v) esa misma columna para resumir la situación que han vivido los populares en la capital riojana. El “no” de Pedro Sáez Rojo a encabezar la candidatura, pese a los deseos de Cuca Gamarra, y una encuesta de resultados desconocidos han vuelto a catapultar al ahora líder de la oposición en el Ayuntamiento de Logroño. Le arroparon la propia Gamarra y el “alcalde de España” (Conrado dixit), José Luis Martínez Almeida, en su coronación ante afiliados y simpatizantes, más numerosos últimamente ahora que las opciones de volver a gobernar son reales.

Nos confesó en ese acto que para él era “el más importante de su vida política”, por lo que tiró de cercanía y recursos familiares. Al estilo del amigo del novio que lleva la delantera etílica en mitad del convite y choca con convicción el cuchillo contra la copa. “Atención, atención”. “A ver, que va hablar”. Contó entonces Conrado que Eva, su mujer, tuvo “la pésima suerte” de conocerle en Asturias y que “aún hoy lo sigue lamentando y no le ha mandado a freír espárragos”; que uno de sus dos hijos se había cortado el pelo esa misma mañana para acudir al mitin -“lo que a mí me satisface en la parte estética”- y que ambos dicen que han crecido sin padre. “Aunque hoy es tarde para recuperar eso, podemos decir que estamos a tiempo de aprender de ellos, Pelayo y Conra”. El recorrido por el árbol genealógico de los Escobar siguió por el propio padre de Conrado, quien le dice todos los días que “qué mal lo está haciendo Sánchez y qué poca caña da el PP”. “Aquí está sentado. 89 añitos tiene el hombre y 60 años cotizando en esta ciudad. Desde un mostrador del comercio en la calle Muro del Carmen y después en Juan Lobo”. Por último, puso sus ojos en el cielo para dirigirse a su madre, la que le dijo que no había cargo más bonito en política que ser alcalde de Logroño. “Mamá, vamos a ello”.

Y así, con un discurso de más de media hora que no emocionó a nadie, dimos el pistoletazo de salida a las elecciones municipales en la capital riojana. Serán estas fundamentales para decidir dos gobiernos: el local y el regional. En un escenario de perspectivas tan ajustadas, Concha Andreu y Gonzalo Capellán necesitan un buen resultado en Logroño para presidir la comunidad. Están atados a sus respectivos candidatos en la localidad que concentra el 50 por ciento de la población. Pablo Hermoso de Mendoza ha decidido que puerta grande o enfermería, que sus ciudadanos decidan en mayo si el modelo de ciudad que ha implantado es el que quieren o no sin atenerse a ciertas críticas desde vecinos amantes del coche y asociaciones de comerciantes y hostelería. Conrado Escobar ha decidido (por segunda vez) intentar conseguir su deseo político más añorado, ese con el que sueña despierto y con el que sueña cuando duerme. Con 28.000 y 22.000 votos en 2019, respectivamente, la bolsa de 10.000 votos de Ciudadanos se antoja definitiva en un contexto en el que el resto de partidos parecen mantener su base electoral con la salvedad de un pequeño aumento de Vox. ¿Dónde irán? Que se le pregunten a Duncan Dhu.

Porque lo mismo ocurre a nivel regional. Con aires renovados en el PP tras la designación de Capellán, el asunto se antoja matemáticamente más complicado por la famosa regla del 5 por ciento necesario para entrar en el Parlamento. Preguntada por una encuesta que el PSOE ha realizado recientemente, Concha Andreu aseguraba en Diario La Rioja que vuelve a ganar, pero no que vuelve a gobernar. Y ese matiz es el más importante. “Aspiro es a tener una mayoría holgada que nos permita mantener la estabilidad para llevar todos los proyectos adelante”, señalaba al hablar sobre mayorías absolutas. Así que toca volver a las matemáticas. Con 63.000 votos para el PSOE y 54.000 para el PP hace cuatro años, las 19.000 papeletas que logró Ciudadanos -la mitad en Logroño- se vuelven a antojar cruciales ante la posible irrupción de Vox -6.000 logró con el 3,86 por ciento de los votos-. En cómo de grandes sean ambos trasvases de votos estará el quid de la cuestión, dando por hecho que la berdadera hizquierda con Henar Moreno al frente repetirá presencia institucional -10.800 votos y 6,6 por ciento en las anteriores elecciones-.

Si a este cóctel sumamos cierto tirón del Partido Riojano -7.500 votos con el 4,61 por ciento en 2019-, ahora aliado de ‘La Rioja Vaciada’, pues las cuentas ya nos salen rosarios y nos podemos encontrar con casi cualquier escenario en el que los comicios se decidan por cien o doscientos votos. Ser el más votado puede que no sea tan decisivo -evidentemente sí importante- como la fortaleza de tu socio principal, llevándonos a otro ‘equilibrio’ de fuerzas en el que los partidos creen que necesitarán de los extremos del arco ideológico. Por tanto, la partida está donde siempre: el que gane el centro ganará las elecciones. Tan simple y tan repetido a lo largo de cada cita con las urnas. Nada nuevo bajo el sol de la Sonsierra ni bajo el sol del país de la piel de toro ante una noche de recuento a la ‘americana’ con la pelea en la capital riojana -es lo último en escrutarse porque los pueblos pequeños lo hacen en un pispás- como plato fuerte de la jornada. Hasta entonces, tengan cuidado al salir a la calle porque ya estamos en precampaña electoral. Es decir, campaña electoral pero con el 28 de mayo aún un poco lejos.

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