Tras el triunfo de su selección en el Mundial de Qatar, cientos de argentinos han teñido de albiceleste la fuente de Murrieta y las calles del centro de la capital riojana. No era para menos después de una de las mejores finales de la historia, ante Francia y decidida en la tanda de penaltis (3-3, 4-2). Mucho sufrimiento que bien ha valido la pena, porque 36 años después de la última Copa del Mundo, Argentina ya tiene la tercera.
Messi es hoy el nuevo Maradona y el ‘Dibu’, otro ‘santo’ bajo palos. Después del pitido final, la alegría se ha desbordado por completo. Toques de cláxon, jolgorio y cánticos típicos del país sudamericano. Su afición vive todo al límite y han trasladado un pedazo de su patria a Logroño.
Según el INE, en 2022 residían 352 argentinos en La Rioja. A ese número hay que añadirle los nacionalizados y las familias cuyos hijos ya nacieron en España. La comunidad crece cada año y está perfectamente integrada en la sociedad local. Con el único ánimo de festejarlo, cientos de logroñeses han vivido con intensidad uno de los días más felices de su vida.
“Después del nacimiento de mis hijos, es el día más feliz de mi vida”, exclama Enzo, que hace ocho años fijó su residencia en La Rioja, actualmente trabaja en el comercio y asegura que durante el partido “estuve bastante cagado; me quería morir y no sabía cómo ponerme”.
Alejandro lleva 20 años en La Rioja y “realmente nunca pensé que podía vivir esto lejos de Argentina; es increíble, no lo van a entender pero es increíble”. “Los argentinos nacimos sufriendo, sumos sufridores por la economía, por la política y por la gente; el fútbol no podía ser menos, pero al final ganamos y ahora festejamos como nadie”, exclama.
