La Rioja

Navidades sin cordero: la inflación encarece el precio del lechal

La inflación incrementa el precio del lechal

Las luces navideñas ya se ven colgadas entre viviendas y árboles sobre los asfaltos de las ciudades, aunque todavía sin iluminación, por si alguien anda despistado y no se ha percatado de que en apenas un mes hay que ejecutar una copiosa lista de la compra. Una lista que este año va a venir marcada por la inflación y que va a disparar el coste final de todos los productos sin excepción alguna, apretando más si cabe el bolsillo.

Desde los corrales riojanos también se ve ese encarecimiento, donde los corderos lechales que se degustarán por Nochebuena y Navidad también han subido de precio. En concreto, entre 10 y 15 euros más por encima de lo habitual para el ganadero, lo que deja un precio final de entre 75 y 80 euros por pieza en función del peso del animal. “Están más caros que cualquier otro año, pero no se han encarecido de igual forma que los piensos, que han duplicado su valor”, lamenta Rodrigo.

Este pastor de Briones con 800 cabezas de ganado asegura que, si antes compraba a 240 o 250 euros la tonelada, dependiendo del tipo de pienso, ahora lo hace a 450 euros más IVA. “Así que para estar en una situación de equidad respecto al encarecimiento de los costes, el cordero deberían comprarnoslo a 120 o 130 euros, pero ese precio es inviable porque luego al consumidor deberían vendérselo al doble. Si antes lo cobrábamos a 60 euros, el cliente pagaba 120 porque, claro, luego por el camino están los intermediarios que también han de llevarse su parte (carnicero, matadero, transportista…). Por eso nunca el precio del cordero se va a duplicar como se duplica el pienso, porque hay muchas manos de por medio”, indica.

Este ganadero comercializa todo su género en un restaurante de Haro de manera directa, “solo con el matadero como intermediario”. Del campo a la mesa, como quien dice, aunque Rodrigo seguirá percibiendo los precios que se fijen en el mercado para ese centenar de corderos que alberga por estas fechas en su corral y que prevé dar salida para el puente de la Inmaculada en diciembre. La siguiente partida llegará para enero, con corderos destinados a las Jornadas del Chamarito que se celebran en febrero, “así que igual no tenemos corderos ni para casa en Navidad”.

Esa escasez de género también viene motivada por estar fuera del ciclo natural. “Para que haya corderos en estas fechas la oveja ha debido quedarse preñada unos cinco meses antes, justo en los meses que más cuesta, porque lo habitual es que se queden cubiertas ahora en otoño y parir por primavera”. Por ello Rodrigo trabaja su rebaño de diferente forma para que las ovejas produzcan cuando se van a vender los corderos.

“La temporada de Navidad tiene un problema y es que tienes que vender entre el 18 y 22 de diciembre porque la matanza para la comercialización la hacen antes del día 24. Así que todo lo que se salga de esas fechas va destinado para Nochevieja y eso ya es una lotería porque ahí bajan las ventas y el precio”, apunta Rodrigo, quien asegura que la mejor fechas para comercializar es desde agosto hasta las puertas de Nochebuena, aunque es durante este último mes cuando más se concentran las ventas. “Y luego se junta el problema de los corderos de fuera que también favorecen esa bajada en el precio de nuestro género. Otros años por estas fechas ya estaban metiendo cordero francés, aunque es cierto que con las crisis que nos sobrevienen se han quitado muchos animales y no sé lo que pasará este año”, añade el pastor.

Desde Briones, Rodrigo asegura que lo que se está comentando en el sector es que se están quitando machos y llevando ovejas al matadero en mayor medida de lo que es habitual para no tener tantos corderos: “Estamos controlando los corderos en función del precio del pienso porque una oveja parida come mucho más que una vacía y no merece la pena mantener a tantos animales al precio que está el pienso. A día de hoy, las ganancias son como las pérdidas que tenemos, así que no hay rentabilidad”.

De ahí que muchos ganaderos también estén dando salida a sus corderos “como pueden”, porque tal vez no consiguen el peso requerido en el tiempo esperado y, por ende, no valen para cordero lechal. “Se quedan flacos y grandes porque no toman suficiente pienso, así que toca destinarlos a cebo”. Así que todo vaticina que estas navidades los consumidores se enfrentarán a un cordero lechal más escaso y encarecido en mercados y carnicerías.

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