La Rioja

Karla Anguiano: “El ser humano es cazador por naturaleza”

Fue la primera mujer que participó en el Campeonato de Caza Menor con Perro en La Rioja. El próximo domingo 16 de octubre viaja hasta Munera, Albacete, para disputar la misma prueba pero a nivel nacional, donde las treinta mejores cazadoras de nuestro país intentarán ganar una de las pruebas estrella de la Real Federación Española de Caza en unas 3.500 hectáreas de coto social sobre las especies perdiz roja y conejo.

Karla Anguiano (con K “porque de siempre he sido un poco rebelde”), 35 años, de Fuenmayor “de toda la vida”, profesora de inglés en su academia hace diez años y cazadora convencida y por vocación. “Lo he mamado desde la cuna. Mi padre ha sido cazador y siempre lo he vivido en mi casa muy de cerca”. Es más, cuando todavía no levantaba un palmo del suelo ya se quedaba llorando cada vez que su padre no la llevaba con él. “Mi pasión era salir al campo con los perros y sobre todo con mi padre. Trabajaba mucho durante la semana y casi no lo veía, así que los findes tenía que aprovechar”.

Sus amigos en el cole no lo entendían y hoy en día sus alumnos todavía no pueden creer que su profesora, tan ‘casual’ en las clases , se calce las botas, se ponga el chaleco y salga al campo a cazar. “‘No te pega nada, Karla’, me dicen”.

Para esta riojana cazar es un estilo de vida. “Hay mucha gente que no lo entiende, pero yo disfruto mucho los lances de las perdices y, más si cabe, el momento de comerme lo que he cazado. Sé que muchos no lo comprenderán, pero prefiero comer algo que he matado yo a algo que he comprado”. Anguiano señala que “todo el mundo come pollo, ternera… pero pocos se preguntan cómo están criados o cómo han llegado hasta la carnicería cuando nos los comemos. El ser humano es cazador por naturaleza, es genético”.

Karla ve el presente y el futuro de la caza en La Rioja “muy complicado”. Actualmente, la joven de Fuenmayor lamenta que la cantidad de animales está decreciendo muchísimo. “Así como la caza mayor va en aumento, la menor cae y con la Ley que tenemos en la comunidad cada vez se está poniendo más negro. Las trabas son continuas, incluso con nuestros perros, a los que hay que castrarlos”.

¿El futuro? “Peor”, pero en esa ocasión Anguiano lo achaca al poco respeto que hay en la sociedad. “Hablo de forma general, ya no solo en la caza, que también. Hay muchas personas que creen que tienen más derechos que obligaciones y eso no es así, lo mires por donde lo mires”.

La percepción que tiene la gente de la caza también es algo que preocupa a Karla. “Se piensan que es saltar al campo, matar todo lo que se puede y arrasar por donde pasas. A veces se nos estigmatiza a los cazadores como personas que arrasamos con la naturaleza sin escrúpulos para nuestra diversión y no es así”. Para la campeona de La Rioja, la caza tiene muchos objetivos, entre los que se encuentra la conservación de la biodiversidad o el control de plagas.

Ella misma reconoce que “una mañana de caza puedo estar siete horas andando y volverme a casa con una o ninguna pieza. El desconocimiento es lo que hace que la gente critique y juzgue sin saber que tenemos un respeto hacia los animales incluso mayor que otras personas”. Claro ejemplo el de Karla, que en casa convive con tres gatos, un loro y sus dos perros. “Soy una amante de los animales y la primera que se preocupa por su bienestar”.

Una afición ¿de hombres?

Los tiempos han cambiado, y en el mundo de la caza también, aunque no a la misma velocidad. “Es cierto que cuando yo era adolescente mi padre había veces que me decía ‘Karla, no puedes venir porque vamos todo hombres’, pero eso, por fortuna, ha cambiado”. La joven confiesa que siempre se ha sentido muy arropada por sus compañeros y “cada vez somos más mujeres en este mundo, sobre todo en competición”.

Sin ir más lejos, al Nacional de Munera “vamos tres mujeres de La Rioja”, pero Karla está más que acostumbrada a ser la única representante femenina que acude a estos certámenes. Y es que, hasta hace un par de años, los nacionales eran mixtos, “pero ahora nos han separado por género”.

Sentimientos encontrados por esta decisión. “Cuando íbamos todos juntos lo veía de forma negativa por una parte porque los hombres van corriendo y mueven toda la caza, y eso complicaba la situación. Pero ahora, separados, aún es más difícil, porque vamos menos y, por ejemplo, las perdices salvajes son muy difíciles de abatir y hay menos oportunidades si somos un grupo pequeño”.

Para los que no son muy duchos es esto de la caza, Karla explica que “cuando salimos en Fuenmayor a cazar, en el coto estaremos unos doscientos socios y si salimos muchos, la caza se mueve y tienes más ocasiones de abatir”. Un ejemplo claro. En años pasados, Karla entrenaba en un coto de Burgos donde prácticamente estaba ella sola. “Podía ver un bando de perdices a primera hora y ya no la volvía a ver. La única opción de abatir a una es rompiendo el bando y que se separen, pero si vas sola es casi imposible esa ruptura”. Así que, más de una jornada, Karla volvía con las manos vacías.

‘Perdicera’ de siempre, el año pasado se inició en la caza de becada sin suerte, pero ella no ceja en su empeño y este año ha cogido un coto de becada para probar de nuevo y seguir con su pasión. De momento, el próximo 16 de octubre volverá a intentar hacerse con el Campeonato de Caza Menor con Perro en Albacete mientras sus alumnos esperan con ganas las buenas noticias de su súper ‘teacher’.

Subir