La Rioja

El dilema de la calefacción central: pasar frío o triplicar la factura

El dilema de la calefacción central: pasar frío o triplicar la factura

“Se informa que por acuerdo tomado en junta de vecinos este invierno 2022-2023 no se va a encender la calefacción”. La decisión tomada por una junta de vecinos de Logroño ha suscitado la incertidumbre entre muchas comunidades que cuentan con calefacción central en La Rioja. ¿Habrá que seguir el mismo ejemplo que este edificio, aunque la decisión tenga matices?, se preguntan comunidades que cuentan con este tipo de calefacción en la región.

Desde el Colegio de Administradores de Fincas de La Rioja esperan que el invierno sea complicado para los vecinos que cuentan con este sistema energético: “Habrá que elegir entre pasar frío o pagar tres veces más que hace dos años”..

Siendo, que lo es, este caso, algo de momento anecdótico, lo que sí aseguran es que las comunidades de vecinos con calefacción central ya se están planteando reducciones en el horario de encendido de este tipo de calefacciones: “Si habitualmente el horario de encendido era de siete de la mañana a doce de la noche, ya han sido algunas las que han propuesto reducir ese horario de una de la tarde a nueve de la noche para compensar así la subida de precios”, explica Ignacio Román, secretario del Colegio.

Y es que, si el coste medio de estas calefacciones hace dos inviernos no superaba los 800 euros anuales, el año pasado ya se duplicó la factura hasta llegar a los 1.600 euros y este año las previsiones es que puede que se triplique, llegando hasta los 2.400 euros. El problema radica en que este tipo de comunidades no pueden acogerse a tarifas de último recurso (TUR) al pasar de los 15.000 kilovatios al año: “Ahora si quieres encontrar un precio para todo el año te ofrecen pagarlo a 21 céntimos, cuando el precio en tarifa regulada ha subido ahora a los 6 céntimos”.

Roman afirma que “hasta ahora tener caldera de calefacción central salía un 20 por ciento más barato que tenerla individual; ahora las cosas han cambiado y nos encontramos con un escenario a la inversa pero con precios mucho más dispares”.

“El problema se va a presentar cuando lleguen las primeras facturas cuantiosas, que suelen ser las de diciembre, enero y febrero, porque habrá gente que no pueda hacerles frente”, predice. Una situación inexplicable para Ignacio Román, que asegura que las calderas comunitarias son incluso más eficientes que las individuales: “Especialmente en las comunidades grandes es mucho más eficaz encender una caldera grande que 176 calderas pequeñas, además de que al encender todas a la vez se crea un clima de envolvencia térmica que permite ser más eficientes energéticamente”.

A todo esto se suma la inversión que están teniendo que hacer las comunidades de vecinos que tienen este tipo de calderas. Hasta ahora la factura de la calefacción se dividía a partes iguales entre los vecinos. Todos pagaban lo mismo, independientemente de si se encendía no no la calefacción en cada una de las viviendas. Para evitar esta situación a partir de marzo de 2023 cada vivienda tendrá un contador para que cada vecino pague por lo que ha gastado. “Y esto supone una inversión que hay que hacer a lo largo de los próximos meses”, cuenta Román, cuantificándola en una media de 800 euros por vivienda.

De todos modos, los administradores de fincas no creen que prescindir de la calefacción por el tarifazo energético se convierta en una tónica habitual, ya que “es complicado tomar la decisión de quedarte sin un suministro básico”. Ante esta vorágine energética, el secretario del Colegio apela a la información: “Hay cosas que no tienen sentido, como que los hogares que están con la tarifa TUR (tarifa de último recurso) no lleguen al 20 por ciento de los totales. Es un auténtico despropósito”.

Racionamiento energético

Marta Ortega vive en una de esas comunidades que tienen calefacción central en Calahorra. “Todavía no hemos tenido la reunión de vecinos pero yo voy a plantear que se reduzcan las horas de utilización de la calefacción; nosotros trabajamos todo el día fuera de casa y tampoco es necesario tenerla encendida todo el día, aunque entiendo que a las personas que están todo el día en casa, los que tienen niños pequeños o los mayores, necesiten más horas que nosotros”, cuenta.

La realidad es que el año pasado ya se notó la subida del precio en las facturas. “Prácticamente fue el doble pero como la comunidad tenía remanentes de otros años no nos supuso mucho al bolsillo, el problema es que la comunidad se ha quedado sin esos ahorros y este año sí que lo vamos a tener que cubrir y por lo que se escucha la factura va a ser aún más cuantiosa”, cuenta. La idea no es quedarse sin suministro pero sí racionalizar el consumo. “Había días que en mi casa teníamos que abrir ventanas porque no se podía estar de calor, y eso tampoco es razonable”, asegura.

Ella cree que también se puede reducir el número de días que tienes acceso a la calefacción. “Es difícil saber cuando van a llegar las temperaturas bajas pero había años que la teníamos encendida hasta abril”, cuenta. En su edificio aún no han colocado los contadores que permitan individualizar el gasto. “Nos han dicho que como son muchas las que quieren hacerlo ya para este año, hay lista de espera”, comenta. Lo malo prevé será que “llegue la factura de la calefacción importante el mismo mes que hagamos la reforma”. Dudas que se irán solventando cuando las temperatura empiecen a bajar y las facturas comiencen a subir.

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