El mundo del trabajo ha cambiado. Lo que hace unos años fue una excepción del momento, hoy es una regla: más del 50% de los trabajadores y colaboradores de las empresas del mundo eligen el home office.
Esto significa que las personas hacen sus trabajos por fuera del ámbito de la oficina. Entonces, la preocupación de las empresas está puesta en garantizar la ciberseguridad de sus empleados cuando realizan home office y la seguridad en el acceso remoto a sus sistemas. Bajo estas modalidades híbridas, las empresas hoy están mucho más expuestas a peligros como ciberataques, robo de datos, phishing, estafas virtuales, etc.
Al tener empleados que trabajan desde sus casas, las compañías deben proporcionar sistemas seguros y herramientas de protección. Para ello, durante el último tiempo, se han desarrollado y adoptado distintas herramientas que protegen virtualmente las redes y dispositivos que utilizan los colaboradores. Entre ellos, la red privada virtual (VPN).
Una VPN hace que los datos que el empleado envía desde su casa a los servidores de la empresa estén 100% cifrados, es decir, que se envíen en forma de código y que solo pueda ser leído por el destinatario final. Es una suerte de extensión o ampliación de la red de la empresa hacia el puesto de trabajo donde está el colaborador, algo útil en estos tiempos de teletrabajo.
Esta herramienta funciona como un túnel por el que se envían paquetes de datos entre dos o más puntos geográficos, pero ese túnel solo puede ser visible por aquellas personas que tienen permiso para verlo. Por lo tanto, resulta un gran escudo de seguridad frente a los ciberdelincuentes gracias a su garantía de privacidad.
La VPN puede ser instalada tanto en sistema operativo, como Windows, Linux o macOS, como en una PC en forma de aplicación o en un smartphone. Incluso, algunas habilitan ser configuradas en routers directamente, para que todos los dispositivos que utilicen esa red cuenten con los beneficios de la VPN.
¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir una VPN?
Es muy importante que la empresa proveedora de la VPN sea confiable, es decir, que efectivamente funcione y ofrezca seguridad robusta, que cifre el tráfico de extremo a extremo, que ofrezca servidores para conexiones alternativas, que tenga protocolos de seguridad frente a posibles fugas y que realice un mantenimiento periodico de sus sistemas y parámetros.
Para chequear todos estos puntos, se pueden revisar las opiniones o reviews de los usuarios para saber que tan confiable es una VPN. Existen miles de blog sobre estos temas, también puedes revisar las redes sociales para conocer las experiencias, beneficios y desventajas de cada proveedor o parámetros importantes como velocidad, atención al cliente o calidad de servidores disponibles.
A su vez, recomendamos que sean revisados los sitios web de cada compañía ya que allí se puede obtener información sobre los protocolos de seguridad o políticas de privacidad que adoptan. También se pueden chequear cantidad de servidores y países donde se localizan y beneficios extras como bloqueo de publicidad, protección frente a sitios no seguros o uso de kill switch de desconexión en caso de fugas accidentales, entre otros.
La VPN elegida debe también ofrecer atención al cliente las 24 horas, los 7 días de la semana. Esto es fundamental porque el usuario nunca sabe cuándo puede tener una duda o problema con su conexión. En caso de sospecha, es muy importante tener una fuente de consulta inmediata, sobre todo en entornos laborales o empresariales.
