Firmas

Alberto Corazón en el Parlamento de La Rioja

Yo siempre he defendido que la nostalgia, en pequeñas dosis, está muy bien. Nos recuerda el pasado, lo que fuimos o lo que hicimos. Que desde luego no debemos olvidar. Y se preguntarán ¿por qué les cuento esto? Pues porque viendo la exposición de Alberto Corazón en el Parlamento de la Rioja, me ha recordado aquella vez que cenamos juntos allá por el año 1985, o quizás fue en el 86, no lo recuerdo, pues nunca pensé en contarlo.

Él había realizado la imagen corporativa de nuestra reciente Comunidad Autónoma. La idea era romper con el escudo heráldico un poco trasnochado para aquellos momentos de transición y de cambio, por algo más actual. Recuerdo que el Gobierno de La Rioja, por medio de la Consejería de Cultura, nos invitó a una serie de personas vinculadas con el diseño y las artes gráficas, a una cena a la que asistió Alberto Corazón para explicarnos el proceso de la creación de aquel nuevo logotipo y cómo debíamos implantar no solo el logotipo, sino todo el manual corporativo que el había creado.

Al final nosotros éramos los que teníamos que implantar aquella novedad, dado que íbamos a tener que leernos todo el mencionado manual corporativo para poder realizar cualquier trabajo, tanto de diseño como de impresión. Como las sillas no estaban numeradas yo me coloqué a su lado, a su izquierda, ya que a su derecha se sentó Miguel Ángel Ropero, que creo que entonces era director general de Cultura, pero no lo podría asegurar, igual estuvo invitado como artista. Entonces no llevábamos móviles y mucho menos que hicieran fotos. Como ya he dicho, han pasado casi cuarenta años. Ello me permitió estar charlando toda la cena con él. Para entonces, Alberto ya era un diseñador muy reconocido, tanto en España como en el extranjero, y yo estaba empezando en este mundillo del arte.

Alberto Corazón Climent, ilustre riojano de adopción, recibió el encargo del Gobierno regional de confeccionar la identidad corporativa de la Comunidad Autónoma, tras ganar un concurso público. Corazón interpretó un pictograma que reflejaba como él mismo explicó, la esencia de La Rioja, a saber: sus montes y sus ríos coronados por puentes a lo largo y ancho de nuestra Comunidad Autónoma. Y casi cuarenta años después, sigue vigente y forma parte del imaginario colectivo de La Rioja.

Alberto Corazón, nació en Madrid y fallece en el año 2021. Está considerado como uno de los padres de la modernización gráfica, que desarrolló en instituciones y ámbito empresarial español con la llegada de la Democracia. Premio Nacional de Diseño y miembro de la Real Academia de Bellas Artes, entre otros hitos, en el año 2018 se convirtió en el segundo Riojano de Honor, tras la concesión de este título por el Consejo de Gobierno de La Rioja, a su labor decisiva en el desarrollo identitario de nuestra Comunidad Autónoma. Ha sido reconocido con numerosos títulos y galardones a lo largo de toda su vida.

Ahora está exponiendo en el Claustro del Parlamento Riojano hasta el 31 de julio del presente año. La exposición pertenece a la colección de Roberto Polo, y está dividida entre el claustro bajo y el claustro alto de dicho Parlamento. Creo que refleja perfectamente la personalidad de este artista, dado que a lo largo de su vida no se ciñó solo al diseño gráfico, sino que desarrolló numerosas facetas creativas, tales como la pintura, escultura o escritura.

En la exposición pueden verse apuntes, cuadros menores y cuadros de gran formato. Al contrario de otras muestras donde el artista tiene un estilo definido, aquí se ve que Alberto Corazón afrontaba cada obra como si fuera la primera, dándole tanto a la composición como a la técnica aspectos novedosos. La exposición ha contado con la implicación y curaduría de su viuda, Ana Arambarri, ensayista y entregada hoy, como ella mismo ha reconocido, a la catalogación de la prolífica obra del artista.

Según sus palabras: “A medida que he ido archivando y catalogando sus piezas, me he encontrado con mucha obra inédita, con frecuencia lienzos pintados por el anverso y el reverso”. Sin duda alguna, lo que refleja esta exposición aparte de la dimensión del artista es una radiografía de su personalidad anti metódica.

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