La Rioja

Emoción riojana entre los gaiteros de San Fermín: “No sé cómo no me eché a llorar”

Su cara de emoción lo dice todo. La autoleña Estela Ezquerro vivió este miércoles uno de los momentos más emocionantes de su vida: tocar con los gaiteros el ‘¡Ánimo pues!’ tras el chupinazo de San Fermín. La tradicional pastelera catona no había pisado en su vida Pamplona en fiestas y lo hizo por primera vez por todo lo alto, en uno de los momentos más emocionantes del primer día.

El camino para llegar a templar esas notas en la Plaza del Consistorio empezó hace unos años: “A mí me emocionan mucho estas cosas del folklore y decidí que quería aprender a tocar la gaita; como en Autol no había nada me hablaron de la escuela de Calahorra. Por trabajo no podía ir a los horarios habituales pero Ángel, el profesor, me coge de 3 a 4 los sábados y me va enseñando”, cuenta, alabando la labor que se hace desde la escuela y animando a la gente a que los valore y a que se introduzca en un mundo maravilloso para ella.

“Hace un tiempo me animó a ir a San Fermín y aunque sólo había tocado un par de veces en público antes de la pandemia me animé”, cuenta. Nada de dormir el día anterior. Los nervios pudieron con ella: “Me había comprado la americana azul y la boina roja, estaba tan emocionada que fue casi imposible dormir”.

Ya en Pamplona su sorpresa fue máxima: “Salimos de aquí a eso de las siete y media de la mañana, almorzamos y nos reunimos con el resto en una plaza que hay detrás del Ayuntamiento. No se puede imaginar nadie cómo se trata a los gaiteros en Pamplona, todo el mundo está pendiente de ellos”.

No sabe si tocó bien o mal: “Estaba tan nerviosa que no sé ni cómo no me eché a llorar en ese momento”. Todo el mundo te va animando, todo el mundo te sonríe, y llega el momento de hacer el pasillo y tocar el ‘¡Ánimo Pues!’ . “No sé ni cuantas veces lo tocamos, pero parece que siempre es la primera, es alucinante”, subraya. Además, allí todos son iguales: “Estuve un segundo con Ricardo Oficialdegui (uno de los mejores gaiteros del mundo) y me lo dijo claro, ‘no te preocupes por cómo tocar, lo importante el primer año es disfrutarlo'”.

“Estar en San Fermín con mi profesor y mi compañero (con ella fueron Ángel y Miguel) me hace querer seguir aprendiendo y que esto ya no voy a dejar de hacerlo nunca”, señala. Parece que tenemos gaitera para años.

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