La Rioja

La policía que salvó la vida a un bebé en Logroño: “No soy una heroína”

La policía que salvó a un bebé de morir asfixiado en Logroño: “Va en la profesión”

“Mi padre es policía y, como la labor de un agente nunca se queda en la comisaría, mi mundo ha sido siempre también muy policial”. Así explica Belén González su vocación, que hace algo más de una década la llevó a ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía.

Su temple y sosiego le suponen una gran baza en la oficina de recepción de denuncias, donde a diario desarrolla su labor, pero también la ha convertido en la agente más popular de la semana en la Jefatura Superior de La Rioja, gracias a su fundamental labor desarrollada de paisano el pasado 5 de abril, cuando salvó a un bebé de morir asfixiado en un parque de Logroño.

– ¿Cómo recuerda lo ocurrido?

– Estaba con mi hija en el parque y la cuidadora de un bebé de 14 meses se acercó adonde estábamos pidiendo ayuda. Vi al niño con los ojos abiertos y consciente, pero con un gesto como de no poder respirar. Recordaba la maniobra de Heimlich de un par de cursos de primeros auxilios y puse al niño bocabajo sobre mi pierna derecha, le di unos golpes en la parte superior de la espalda y al segundo intento echó mucosidad por la boca y se le oyó respirar muy fuerte. Cuando bajó la intensidad de la respiración lo puse en posición lateral y se quedó dormido. Se acercó una enfermera que también estaba en el parque y rápidamente llegaron la Policía Local y una ambulancia medicalizada, que se lo llevó al hospital.

– En situaciones como esa, ¿impera más el conocimiento de los protocolos o la adrenalina?

– La verdad es que estaba muy tranquila. Por mi profesión estoy habituada a seguir los pasos establecidos en los protocolos para ayudar de la forma más rápida y eficaz posible; si no funciona ya pensaremos en otra cosa. También reconozco que creo que la situación cambiaría si el bebé afectado fuera mi hijo.

– A tenor de las reacciones de sus compañeros, es usted la agente del día en la Jefatura.

– Estoy muy abrumada, la verdad es que me cuesta convivir con esta cierta popularidad. Al día siguiente de atender al bebé fui a trabajar y no dije nada; tan solo un compañero, que también estaba en el parque, me preguntó cómo había acabado la cosa. Por partes internos de la Policía Local se corrió la noticia en la Jefatura y desde entonces estoy bastante abrumada.

– ¿Se siente cómoda en el papel de heroína?

– No soy un heroína, en absoluto. Soy una policía nacional que actuó fuera de servicio pero, sobre todo, me considero una madre segura de que hubieran hecho lo mismo por mis hijas. Confío en que si no fuera yo quien intervino ese día lo habría hecho otra persona.

– En cualquier caso, será condecorada por su intervención, con total seguridad.

– Eso ya es cosa del jefe (risas). Insisto: mis compañeros se ven a diario en situaciones similares; está dentro de la profesión.

– Habituada a gestionar situaciones desagradables en su puesto (trabaja en el departamento de Denuncias), siempre es bonito protagonizar una noticia en este contexto.

– Precisamente, por eso me daba apuro que se hiciese pública mi intervención. Las compañeros participan a diario en actuaciones que salvan vidas, como evitar un suicidio, y muchas veces se juegan su integridad física en intervenciones en la calle. Yo he hecho algo muy sencillo, como dar unos golpecitos en la espalda. Si la gente viera los partes de intervención sabría que hay actuaciones humanitarias a diario y los compañeros se van afectados a sus casas.

– ¿Se ha visto ante una situación similar alguna vez?

– No he estado en la calle más que en prácticas. Casi toda mi actividad se centra en recepción de denuncias y tramitación de detenidos; mi labor consiste en tratar mucho con el ciudadano y hay gente que llega muy afectada.

– ¿Por qué se hizo policía?

– La vocación la he visto siempre. Mi padre es policía y mi mundo era muy policial: no es como un trabajo en el que te marchas a casa y se acabó. De hecho, cuando estudiaba en la Escuela Oficial de Idiomas venía a la Jefatura a ejercer como intérprete para Extranjería.

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