Está ubicado en la ‘milla de oro’ de la vivienda en Logroño, pero lleva casi una década cerrado a cal y canto. O casi. Porque el inmueble de la antigua clínica Valvanera, muy a pesar de los vecinos de la Avenida de Madrid, lleva varios meses habitado por cinco ‘okupas’ que han quebrado la tranquilidad de la zona.
Según ha podido saber NueveCuatroUno, los ‘okupas’ se encuentran lejos de responder al perfil de personas necesitadas que, fruto de la desesperación, echan abajo la puerta para dormir bajo un techo. “Son profesionales y lo tienen todo perfectamente aprendido”, explican dichas fuentes, que aseguran que el modo en que estas cinco personas han ‘okupado’ el inmueble “han seguido una dinámica de libro”.
En el desarrollo de sus explicaciones relatan que tras acceder al interior del inmueble “lo declararon formalmente como su domicilio”, lo que les permite ganar tiempo mientras la Justicia decreta el desalojo, algo que los propietarios del edificio confían que se produzca en cuestión de semanas, tras denunciar la ‘okupación’ ante la Policía.
Mientras el desalojo se produce, tanto Policía como Policía Local están al tanto de la situación del inmueble, pues en los últimos meses ha tenido que acudir en repetidas ocasiones para intervenir en peleas y otros comportamientos que han propiciado denuncias del vecindario. En cambio, una vez que la situación vuelve a la calma los agentes no pueden más que retirarse, pues sin la orden judicial pertinente no es posible el desalojo.
Un edificio a la espera de una solución
Durante tres largas décadas, la Clínica Valvanera fue uno de los centros más visitados por los vecinos de Logroño y su área metropolitana cuando la salud daba algún susto o requería de algún exhaustivo chequeo. En cambio, en 2013 la firma que la gestionaba consideró obsoletas las instalaciones y buscó acomodo en una nueva clínica en el barrio de La Estrella.
A partir de ese momento se echó el cerrojo en la puerta y cinco años después el Ayuntamiento aprobó la modificación puntual del Plan General Municipal (PGM) para el cambio de uso de la parcela sobre la que se erige el edificio, pasando de ser dotacional privado-sanitario asistencial a comercial.
El objetivo era cubrir el déficit comercial de la zona, manteniendo la altura actual del edificio, si bien el inmueble no ha sido sometido a ningún tipo de intervención y, a día de hoy, no ha recibido más visitas que las de los ‘okupas’.
