Holika va calentando motores. A diez semanas para que el festival resurja de sus cenizas cual Fénix después de dos años de no poderse celebrar, las cifras que manejan desde la organización permiten intuir que la edición de este año buscar ser la mejor versión de un evento que estaba previsto realizarse en Calahorra en el verano de 2020 y tuvo que aplazarse una y otra vez hasta este año y que tendrá lugar los días 30 de junio, 1 y 2 de julio.
Mucho han cambiado las cosas desde esa primera reunión mantenida con el Ayuntamiento. “El festival va a ser mucho mejor de lo que teníamos previsto para 2020 porque en estos dos años nos ha dado tiempo de madurar mucho más la idea y consolidarla, de conocer mejor la ciudad y buscar de qué manera podía beneficiar más nuestra llegada a Calahorra”, explica Mario Cornago, director de Burcor, organizadora del evento.
La ideal inicial pasaba por hacerla en el municipal de La Planilla pero había tres problemas sustanciales. “No queríamos perjudicar al club de la ciudad, me preocupaban mucho las molestias a los vecinos que podíamos causar y además los accesos eran muy comprometidos con una carretera comarcal y la salida de una autopista tan cerca”, explica Cornago. Por eso, cuando se realizaron los primeros conciertos de Bimilenaria vio el aparcamiento de la catedral como un lugar perfecto en el que poder desplegar toda la magia de Holika.
Pero es que la idea no es que el festival se encorsete sólo en el gran aparcamiento sino que vaya mucho más allá. “La idea es ocupar unos 79.000 metros cuadrados de la zona. El recinto irá más o menos desde la plaza que da a la cuesta del Postigo hasta la rotonda de acceso al polígono”, detalla. Por ahí pasarán las casi 40.000 personas que ya han comprado una entrada y que llegan desde los lugares más insospechados. “Tenemos gente de toda la geografía española pero también se han vendido entradas en México, en Argentina”, unos datos que hacen ver la capacidad de atraer público joven que va a tener la ciudad durante esos tres días para ver a alguno de los 107 artistas que pasarán por alguno de los cuatro escenarios previstos.
Dos serán escenarios de grandes dimensiones y otros dos están previstos para las actuaciones que se desarrollarán en el entorno de la acampada. “La idea es que todos ellos estén de espaldas a la ciudad para paliar en lo posible la llegada de sonido a los vecinos”, comentan desde la organización.
Pero es que todo el entorno se va a convertir en una gran escenario que además estará tematizado con la cultura romana. “La idea es llegar a un acuerdo con Paso Viviente y que podamos utilizar toda la infraestructura que ellos tienen para decorar desde los escenarios hasta las entradas”, cuenta. “En la zona del santuario del Carmen está previsto el staff y en la zona del Humilladero el ‘glamping’ (que es algo así como el camping de lujo que hay previsto para el festival)”, va detallando. También habrá parafarmacia, un pequeño supermercado, zonas de descanso… Y es que Holika tiene previsto contar con más de 700 trabajadores durante esos días contando con los artistas que lleguen. Entre ellos, 120 camareros que trabajarán en las 8 barras previstas, 75 personas destinadas a la seguridad del recinto y un equipo completo destinado a que todo funcione de la forma más adecuada.
Todo ello estará en un marco incomparable. “Es difícil encontrar un festival en el que de telón de fondo tengas una catedral y esto nos lo posibilita la ubicación estratégica de la de Calahorra”, cuenta Cornago que poco a poco se va enamorando de una zona que tendrá que ser perimetrada con más de dos kilómetros de vallas y que tendrá como otro de los puntos estratégicos la zona del parque donde se encuentra el Albergue Juvenil. “Esa zona del parque la vamos a reiluminar al completo, algo que se quedará para la ciudad”, cuenta. La música será lo más importante. Para ello hay previstos 10 generadores que den electricidad a todo el recinto que incluye además de los escenarios, cocinas, baños, puntos de venta…
Pero es que Holika no sólo va a dejar huella económica en Calahorra. En estos momentos la ocupación hotelera a 40 kilómetros a la redonda ya está completa para esos días. “Ya empezamos a contar con hoteles de Logroño para algunos artistas, tener un hotel de cinco estrellas en Logroño ha sido muy importante para nosotros”, detalla. Además el aeropuerto de Agoncillo también tendrá unos días de ajetreo. De momento, ya esta previsto que cinco jets privados lleguen a La Rioja esos días. “En este 2022, después de dos años sin festivales como los conocíamos, las agendas de los artistas están muy llenas y la única forma de que lleguen es así porque algunos actúan en capitales europeas los días de antes y de después”, explica.
El festival, que puede considerarse el pistoletazo de salida de los festivales veraniegos en España, comenzará el miércoles 29 de junio con la llegada de los autobuses de los ‘holikers’ y será en ese momento cuando se les de la bienvenida con una fiesta de presentación. El jueves abrirá Juan Magán a eso de las seis de la tarde y la música no parará hasta las siete de la mañana. Trece horas de música continuadas en los tres días de conciertos a las que hay que sumar las pequeñas fiestas para la gente de las acampadas. “Si alguien quiere puede estar escuchando música las 24 horas del día”, asegura Cornago.
Y es que en torno al 60% de las entradas que ya se han vendido llevan incluida estancia en las acampadas previstas. “El resto es gente de La Rioja a la que pondremos autobuses diarios para ir a cada una de sus localidades”, explica el organizador de un evento que tiene un presupuesto de 1.127.000 euros sin incluir los impuestos.
Un despliegue sin precedentes para una ciudad poco acostumbrada a eventos de este tipo y que lleva esperando este acontecimiento desde hace dos años. Un festival que va a tener un impacto económico en la ciudad de dos millones de euros. según las estimaciones de la organización, toda una oportunidad además de que los jóvenes calagurritanos se sientan orgullosos de su municipio.
