Desabastecimientos, encarecimiento del precio de los productos, falta de transporte… Zancadilla tras zancadilla, la economía de la industria agroalimentaria sobrevive bajo un manto de incertidumbre que se vuelve más denso con cada día que pasa. Con Ucrania y Rusia como principales países exportadores de aceite de girasol, ahora las miradas se fijan sobre el aceite de oliva virgen extra y los efectos que está teniendo el mercado.
“Falta aceite de girasol, sí, pero hay otros sustitutivos como el aceite de colza, el de soja, otras grasas vegetales refinadas. Y ese desabastecimiento lo que ya está provocando es el incremento de ventas y, lamentablemente, también el incremento de precios del aceite de oliva sin apellidos, esto es, un aceite de oliva que es una grasa vegetal refinada, no un zumo de calidad como el virgen extra”, apunta Vicente Catalán desde la Almazara Ecológica de La Rioja en Alfaro.
La histeria por la escasez de aceite de girasol sí se ha trasladado a algunos consumidores de aceite de oliva virgen extra, como señalaba el gerente de la Cooperativa Garu de Santo Domingo, Pepe Moneo, donde también comercializan el producto de la zona: “En los últimos días han venido a comprar más garrafas de lo habitual y es porque se piensa que este aceite también se puede acabar, pero si continúa esta conducta lo que van a conseguir es que se disparen los precios”.
Catalán también ha percibido ese incremento de ventas en su almazara: “Como el precio de los aceites de oliva sin apellidos ha subido, hay consumidores que ahora prefieren pagar un poco más y llevarse un virgen extra porque apenas hay diferencia. Nosotros hemos subido ligeramente el precio, pero no porque ha subido la demanda, sino por el precio de la energía y otros costes de producción. Eso sí, no se va a producir en ningún momento ese desabastecimiento en nuestro producto. Además, el aceite de oliva solo representa el tres por ciento de la producción de grasas a nivel mundial”.
Desde la Almazara Riojana de Aldeanueva de Ebro remarcan que el mercado del aceite de oliva virgen extra apenas ha variado su precio, “a diferencia de los aceites de semillas de menor calidad, que se están equiparando en precio a los nuestros”. Sin embargo, ante este crecimiento generalizado de la demanda, su gerente Javier no se plantea encarecer su aceite, a pesar de que “la empresa funciona ahora mismo casi sin margen de beneficio por los costes de los materiales auxiliares o de la energía que afronta, pero lo hacemos pensando en nuestros consumidores”.
