En apenas unos días se han convertido en el mayor objeto de deseo de los compradores riojanos. Encontrar una botella de aceite de girasol en los lineales de los supermercados de la región es prácticamente misión imposible, debido al racionamiento impuesto por las cadenas ante la crisis de Ucrania y el afán por hacer acopio del producto “por lo que pueda pasar”.
Basta con darse un paseo por los pasillos destinados al aceite de los establecimientos para comprobar que el aceite de girasol brilla por su ausencia y deja llamativos huecos en los lineales. “Estamos a la espera de que lleguen nuevos palés”, explican los reponedores, resignados ante las decenas de consultas de los compradores.
El racionamiento varía entre los dos y los cinco litros por persona y día, en función de la cadena de supermercados. Una situación similar a la vivida en marzo de 2020, cuando la irrupción de la pandemia provocó cierta histeria ante los rumores de que el papel higiénico podía desaparecer de los estantes de los establecimientos.
Según explican a NueveCuatroUno los responsables de algunos de los supermercados de Logroño, la escasez de aceite de girasol es temporal, ya que “en dos semanas esperamos volver a contar con los inventarios habituales”. Eso sí, el precio de cada botella difícilmente se asemejará al establecido hace un par de semanas, ya que la demanda se ha disparado. Es el mercado, amigo.
El “alarmismo” que se ha extendido en los últimos días ha dejado escenas como la de “clientes que intentan llevarse 20 botellas de golpe; no tiene ninguna lógica”. Por ello, desde las cadenas de supermercados de la capital hacen un llamamiento a la prudencia, subrayando que no contemplan un posible desabastecimiento a causa del conflicto en Ucrania.
