La Rioja

‘Habemus obispo’: Santos Montoya inicia su Ministerio Episcopal en Calahorra

“¡Qué espectáculo de Catedral! Signo que habla de la misión del obispo como principio de comunión, de comunión eclesial, por supuesto, pero también como deseo de contribuir a la cohesión social, donde podamos mirarnos y tratarnos con dignidad”.

Con estas primeras palabras se dirigía Monseñor Santos Montoya Torres a los numerosos fieles congregados en la Catedral de Calahorra ya como nuevo obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño.

La Eucaristía de Inicio de Ministerio Episcopal ha tenido lugar este sábado a las 11 horas en la Catedral de Calahorra. Ha presidido la celebración don Bernardito Auza, nuncio apostólico de Su Santidad en España, y ha sido retransmitida en directo por Trece TV, COPE Rioja y Radio María.

Don Santos Montoya Torres ha salido del Palacio Episcopal sobre las 10:45h, acompañado del Administrador Diocesano, D. Vicente Robredo y el arzobispo metropolitano de Pamplona-Tudela, D. Francisco Pérez. El obispo electo ha saludado a la corporación municipal y autoridades presentes en la puerta del Palacio Episcopal y se ha dirigido a la plaza Cardenal Cascajares donde el grupo de Danzas Coletores de Calahorra le ha homenajeado como es tradicional ofreciendo sus bailes regionales.

Tras las danzas, el obispo electo ha accedido a la Catedral y ha sido presentado al cabildo al bajar las escaleras de acceso. El deán, D. Julián Blázquez, le ha dado a besar el “lignum crucis” y a continuación le ha ofrecido el hisopo para la aspersión con agua bendita a los presentes.

El obispo electo y sus acompañantes han partido después hacia la capilla de los Santos Mártires donde han rezado durante unos instantes. Tras este momento de recogimiento se han dirigido a la sacristía para comenzar la celebración.

Pasadas las 11 horas ha comenzado la procesión desde la sacristía encabezada por diáconos, el obispo electo, el colegio de consultores, canónigos y obispos. Cerraban esta procesión el administrador diocesano y el nuncio, quien ha presidido la celebración hasta la toma de posesión del nuevo obispo.

Después del saludo inicial del nuncio, D. Vicente Robredo, administrador diocesano durante la sede vacante, se ha dirigido a la asamblea y dedicado unas palabras al obispo: “D. Santos, su corazón le ha abierto nuestra diócesis, para que more en él, lo pastoree, lo acompañe en sus luces y sus sombras, le ayude a separar lo ya marchito de lo vivo y perenne; le abra una luz en medio de la angustia, una certeza en tanta incertidumbre, lo nutra con el Pan y la Palabra, con la unción del Espíritu y sus dones”.

La Toma de Posesión

Concluidas las alocuciones del Administrador y del Nuncio, ha llegado el momento de la Toma de Posesión con la presentación de las letras apostólicas. Un ministro le ha entregado el báculo y acompañado por varios canónigos ha ocupado la cátedra episcopal tomando posesión de esta. A continuación, ha dado lugar el rito de adhesión y obediencia donde salía una representación diocesana para saludar al nuevo obispo (dos sacerdotes, una religiosa, la secretaria del Consejo Diocesano de Pastoral, una familia, un representante de jóvenes, un representante de las cofradías y un representante de la pastoral de la Salud).

Puestos todos en pie, ha finalizado el acto de adhesión y obediencia con el canto “Gloria a Dios en el cielo” de Palazón y comenzaba la Liturgia de la Palabra.

Al concluir la lectura del Evangelio el ya obispo diocesano ha dirigifo sus primeras palabras como pastor a su pueblo. Don Santos ha destacado los tres signos que nos ofrece la liturgia, el anillo: “el afecto al Señor es el afecto a la Iglesia. Sin afecto a la Iglesia, no esperemos encontrar al que dio la vida por ella. Y si no somos fieles a la Iglesia, no esperemos que la gente identifique en ella al Señor”, la mitra: “Sabemos que el Señor nos quiere así, con una conducta digna de él, reflejo de su santidad. Es por otra parte, una llamada a todos los bautizados. Ningún cristiano puede decir que el significado de la mitra, la corona de gloria que no se marchita, no va con él.” Y por último el báculo: “La autoridad que se nos confía es para servir mejor a los demás, especialmente a los más débiles y necesitados, a las víctimas. No podemos huir ante el lobo”.

Montoya Torres ha estado acompañado por numerosas autoridades civiles y militares de la zona, así como de una veintena de obispos entre los que ha destacado la presencia del presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Barcelona, D. Juan José Omella, los cardenales arzobispos de Madrid y Valladolid, Mons. Carlos Osoro y Mons. Ricardo Blázquez.

También le han acompañado el arzobispo de Zaragoza y anterior prelado de la diócesis riojana, Mons. Carlos Escribano, el arzobispo riojano de Mérida-Badajoz, Mons. Celso Morga, el arzobispo de Pamplona-Tudela, Mons. Francisco Pérez, y el arzobispo emérito de Burgos, Mons. Fidel Herráiz.

EFE/ Raquel Manzanares

Junto a ellos estaban también presentes el obispo auxiliar de Valladolid y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Javier Argüello, los obispos riojanos de Osma-Soria y Cuenca, Mons. Abilio Martínez Varea y Mons. José María Yanguas, respectivamente; el obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández, el obispo de Bilbao, Mons. Joseba Segura, el obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán, el obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde, el obispo de Jaén, Mons. Sebastián Chico, el obispo auxiliar de Toledo, Mons. Francisco César García Magán, el obispo auxiliar de Valencia, Mons. Arturo Ros, el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo, el obispo emérito de Tarija (Bolivia), Mons. Javier del Río, y los obispos auxiliares de Madrid, Mons. Jesús Vidal, Mons. José Cobo y Mons. Juan Antonio Martínez Camino.

A todos ellos se les han unido más de 80 sacerdotes diocesanos que han acompañado al obispo en su inicio ministerial.
Este domingo, el nuevo obispo oficiará la misa de presentación en la Catedral de Santo Domingo de la Calzada, a las 13:00 horas, y el mismo día, a las 20:00, celebrará otra eucaristía de presentación en la concatedral de La Redonda de Logroño.

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