Iberdrola ha comenzado esta semana los trabajos para integrar la subestación de Cascajos en el entorno del PERI Ferrocarril. El ruido de máquinas ha traído alegría a unos vecinos que casi habían tirado la toalla con esta infraestructura desde que en 2010 se dijera que se quedaba en el barrio tal y como estaba.
El coste de compactar la subestación para su posterior soterramiento ascenderá a 4,6 millones de euros, a lo que hay que sumar otro millón de euros para la obra civil. Los trabajos, una vez iniciados, se prolongarán durante un par de años.
El primer paso será instalar una unidad móvil para dar servicio mientras duren las obras, por lo que estos días se adecúa la cercana parcela donde se montará. Posteriormente, llegarán los trabajos para dejar la subestación en la misma ubicación aunque “compactada para su posterior soterrramiento”.
El concejal de Desarrollo Urbano, Jaime Caballero, defendió en 2021 que el actual proyecto da cumplimiento a las obligaciones de fiabilidad, sostenibilidad y seguridad. “Se reducirá el impacto ambiental al reducir los ruidos, mejorará de la calidad del suministro, disminuirá las afectaciones a otros servicios y reducirá al 50 por ciento la superficie que ocupa actualmente la infraestructura.
Asimismo, subrayaba que la intervención para compactar la subestación eléctrica y la finalización de la nueva estación de autobuses de Logroño son «proyectos independientes», cuyas intervenciones no deben interferir entre sí. Gracias a la compactación, eso sí, la calle Miguel Delibes podrá ‘ensancharse’ en su vertiente sur, pasando de los dos carriles contemplados actualmente a los cuatro que tendrá una vez que el proyecto de la subestación esté concluido.
