La Rioja

Tres entradas y una salida del patrimonio riojano en la ‘lista roja’ el pasado año

El año 2021 no fue un buen año para el patrimonio riojano. Al menos en lo que se refiere a la inclusión de elementos introducidos en la Lista Rioja del Patrimonio que continuamente actualiza Hispana Nostra. Y es que tres nuevos elementos se han sumado a los ya existentes en un listado que pone el punto de mira en los recursos patrimoniales en riesgo evidente de desaparición. Mil monumentos españoles están incluidos en el listado, 18 forman parte de esa lista en la comunidad riojana.

“Hay muchos más, seguro, nosotros sólo incluimos los que la gente o las asociaciones nos manda”, explican desde la asociación. “Luego hay un comité que estudia cada caso y decide si se incluyen o no” y este año tres riojanos han sido incluidos en la lista: los lienzos y torreones de las Murallas de Santo Domingo, la iglesia de Santa Elena de Turza y la iglesia de San Francisco de Alfaro.

En el caso de los lienzos y las murallas de Santo Domingo, Hispana Nostra en su informe es contundente y asegura que gran parte de los restos que se conservan están en estado de abandono y que peligran diversos elementos de varios torreones que presentan “grietas alarmantes”. Así detalla que los elementos que se encuentran en mal estado son seos torreones y unos 300 metros de muro, situados mayoritariamente en la avenida de Burgos, que presentan “grietas, fisuras, desprendimientos, lesiones estéticas por la apertura de huecos y elementos adosados”.

Aunque especifica que otros elementos tienen un buen estado de conservación, asegura que éstos tienen deficiencias como “humedades, suciedad, erosión atmosférica o alteración de su estructura”,  y ponen como ejemplo el caso de dos torreones y unos 150 metros de muro. Por otra parte, especifican que existen tres torreones y algunos paños sobre los que se ha actuado, que abarcan alrededor de 50 metros de metros, con resultados varios y recuerda que, en su día, se aprobó un Plan Director que tiene el visto bueno de la Comisión de Patrimonio de La Rioja.

En Turza nos encontramos con la Iglesia de Santa Elena, un templo de origen románico que fue reconstruida y ampliada en el siglo XVI. Pasando Ezcaray, a la aldea se llega a través de un impresionante hayedo nos encontramos con la iglesia que según Hispana Nostra se encuentra en un estado de ruina total ya que se han hundido las bóvedas y en su interior sólo hay zarzas y algún árbol de gran tamaño.

El último elemento patrimonial que se ha incluido este año es la iglesia de San Francisco de Alfaro. Las obras de esta iglesia terminaron en 1697. Ocupadas por las tropas napoleónicas, después por el templo pasaron los franciscanos. Fue un acuartelamiento, una cárcel para volver a pesar a ser convento en el siglo XIX. En 1988 el templo se abandonó por los franciscanos y en 1994 fue cerrada al culto.  Para Hispana Nostra el templo necesita urgentemente alguna actuación en uno de los arcos de las capillas, pues peligra la firmeza estructural del edificio que en estos momentos está apuntalado.

Además de estos tres se suman de otros años los ‘bancos azulejados’ de Pradillo, la iglesia de San Juan de Letrán en Pedroso, la casa palacio de los Manso de Zúñiga de Cidamón, el castillo de Castañares de las Cuevas en Viguera, la iglesia de San Miguel de Montalvo, la iglesia de la Asunción  de Soto en Cameros, la iglesia del Dulce Nombre de María de Torremuña, la ermita de Orzales en San Vicente, el monasterio de San Prudencio de Monte Laturce de Clavijo y la Ermita de Santa María de Yerga.

Buenas noticias

Pero no todo son malas noticias. En dos de los elementos que figuran en esta ‘lista roja’ ya se está trabajando. El primero es el castillo de Davalillo. La bodega CVNE iniciaba el pasado mes de julio los trabajos de rehabilitación del castillo, ubicado en San Asensio, convirtiéndose así en “uno de los principales proyectos”.

El castillo se adquirió en 2019 con el objetivo de rehabilitarlo “para dotarle de la vida que un día tuvo y recuperar un icono de La Rioja”. Durante dos años ha sido necesario realizar un estudio histórico por un equipo de dos arqueólogas en el que se ha determinado la historia y arquitectura del castillo, para determinar el alcance de los trabajos a realizar y proceder a la rehabilitación del mismo.

El segundo, que también está incluido en esta lista, es el viaducto de Ortigosa. Después de meses de negociación, el Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Ortigosa de Cameros llegaban a un acuerdo para firmar el convenio de financiación del arreglo del viaducto San Martín, recientemente declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento. Tras muchas protestas de los vecinos y la creación de la plataforma Salvar el Puente de Ortigosa, se consiguió poner el punto de mira en uno de los recursos patrimoniales más característicos de La Rioja.

La que sí ha salido este año de la ‘lista roja’ ha sido la Fábrica de Harinas ‘La Gloria’. La fábrica de harinas, ubicada en San Millán de la Cogolla, ha sido rehabilitada y restaurada durante estos dos últimos años y se ha reconvertido en museo. Existía un claro riesgo de desaparición dado el avanzado estado de desgaste que presentaba la construcción. Sin embargo, ha vuelto a recuperar su antiguo esplendor tras las obras de rehabilitación llevadas a cabo por sus propietarios y, por ese motivo, se incorpora a la Lista Verde del Patrimonio.

La fábrica está situada a orillas del río Cárdenas, levantada sobre uno de los antiguos molinos pertenecientes al Monasterio de Yuso. Los edificios del conjunto tienen varias formas y épocas de construcción. El edificio delantero, que es el más grande, fue construido en cal y canto, con muros de casi un metro de grosor, con un pequeño chaflán en su parte este.

Delante de este edificio está el patio delantero, utilizado para la recepción de materias primas y la expedición de mercancías elaboradas. Aunque no es un edificio como tal, el canal que alimenta las turbinas forma parte de la construcción, que nace a la altura del Monasterio de Yuso y tiene una longitud aproximada de un kilómetro. Pegado al edificio principal se levantaba un anexo en la parte sur, de una sola planta. Allí es donde estaba la entrada de agua y la turbina del molino original.

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