Agricultura

El gran rugido de un campo enfurecido

“¡Anda que no había ganas de vivir un día así, de que se nos escuchase allá donde no conocen eso de convivir con ganado ni tractores!”. Y se les ha escuchado, y mucho. De ello se han encargado bien las bocinas, los silbatos, los petardos y los cencerros que no han dejado de sonar durante toda la manifestación que este miércoles ha alterado el ciclo de una mañana habitual en Logroño. Pero horas antes, La Rioja rural al completo, desde todas sus sierras y valles, ha amanecido con un sentimiento de unión y lucha por demostrar la valía de un campo que se ahoga.

Con Lorenzo todavía sin asomar, los John Deer, Landini, Fendt, New Holland y algún que otro Massey Ferguson y David Brown han alumbrado el camino desde las diferentes carreteras comarcales de la región hasta los puntos de encuentro más cercanos a la capital. En Recajo, reunión de los agricultores y ganaderos de La Rioja Baja y en Fuenmayor, los de la otra mitad occidental. Tractores que han conducido desde Treviana, desde Foncea y Aldeanueva de Ebro. Y entre medias, los de los pueblos más cercanos al área metropolitana que han ido acercándose poco a poco. En total, cerca de 300 tractores se han dado cita en el Palacio de los Deportes alrededor de las 9:30 horas. Y con la rasca que hacía, un buen café y algo de almuerzo para entrar en calor han sido los aliados perfectos de muchos de los manifestantes que allá aguardaban hasta el bocinazo de salida.

Las otras grandes invitadas han sido las dos vacas, una lechera y otra de carne, y el rebaño de unas 80 ovejas y cabras que han llegado desde Entrena y Lardero. Las primeras, propiedad de Jesús Ángel Martínez, ganadero y gerente de la Granja-Escuela ‘El Carrascal’, mientras que el ganado ovino y caprino ha sido cortesía de Cesar Luis Clavijo. Sin duda, estos animales, acompañados de los perros pastores que en todo momento los han vigilado y guiado, han sido el gran atractivo visual de la jornada, que ha dejado imágenes para el recuerdo.

En apenas dos kilómetros de asfalto, agricultores y ganaderos riojanos han mostrado el músculo que tiene el sector primario en una capital que también les ha aplaudido a su paso. Una concentración que se ha desarrollado bajo el lema “Por un futuro con agricultores y ganaderos” y que no se repetía con estas características desde 2009 . Ha sido el gran rugido de un campo enfurecido que dice “basta” después de soportar la pérdida de más de 1.800 profesionales en las últimas dos décadas motivada por la falta de rentabilidad. Un problema que ahora se agrava más si cabe con la explosión de unos costes de producción imposibles de afrontar por más tiempo. “Este es el futuro que nos queda”. “Andreu, Dorado, Hita. Vuestras decisiones, nuestra ruina”. “El campo no produce, la ciudad no consume”. “No es posible hacer enoregión con tanto hormigón”. “Se nos agota la paciencia”. Con estos mensajes han copado las cientos de pancartas que han recorrido este miércoles Vara de Rey.

Pero el desfile también ha sido de banderas. Naranjas, verdes y rojas, muchas roblanveras y alguna rojigualda que se han unido. A veces ondeaban todas sobre la misma mano, aunque no ha sido lo más habitual de ver durante este encuentro. Alguno de los asistentes que prestaba atención mientras los representantes de las organizaciones profesionales agrarias alzaban la voz desde la Concha del Espolón, al termino de la manifestación, comentaba poco después: “No entiendo que en un día como hoy se saquen las banderas a pasear. Esto es una manifestación de toda la gente del campo, independientemente del grupo sindical al que pertenezcas, porque las decisiones políticas de los de arriba nos afectan a todos los agricultores y ganaderos por igual”.

Pedro Lara Magaña durante la lectura del manifiesto.

Será por eso que la lectura del manifiesto dirigido a las administraciones no la ha hecho ni uno ni otro representante de las tres OPA riojanas, sino el presidente del Colegio de Agrónomos, Pedro Lara Magaña, como única voz del sector que se ha dirigido a los cerca de 2.000 agricultores y ganaderos allí presentes: “Por un día habéis dejado vuestras labores y habéis alzado la voz al unísono para que toda la sociedad riojana sea consciente de la difícil situación que está atravesando el sector”.

Aunque a veces sobran las palabras para explicar un sentimiento y solo un simple hecho refleja la furia. En el último tramo de la marcha, a las puertas de la sede del Ejecutivo riojano, miembros de la asociación de ganaderos de las 7 Villas han colgado una oveja muerta en la valla del Palacio del Gobierno y varias cabezas de animales como signo de reivindicación de un sector que lleva años soportando las bajas de miles de cabezas de ganado atacadas por los lobos.

La de este 2022 no ha sido una tractorada únicamente, ha sido una auténtica rebelión de unos profesionales que ven su futuro pender de un hilo y es por eso que entre los sentimientos que inundaban la jornada de este miércoles se mezclaban la rabia con la ilusión, el hastío con la fortaleza. Porque quienes hoy han protagonizado las portadas de los periódicos y han abierto informativos no se han despedido todavía de sus compañeros de lucha. “Esto solo es una batalla. Hemos hecho ruido y nos han escuchado. Pero la guerra todavía no ha terminado, así que el 20 de marzo vamos a Madrid a hacer fuerza para que nos reciba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Esto es un problema de Estado y se tiene que empezar a dialogar con las organizaciones agrarias”.

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