La irrupción de la pandemia del COVID-19 a principios de 2020 dio un giro de 180 grados en el desarrollo y crecimiento de toda una sociedad a nivel mundial. Las secuelas, casi dos años después, todavía están latentes, pero los pasos en ese camino hacia la recuperación cada vez se dan con mayor impulso. Desde la respuesta europea con los fondos Next Generation EU, que suponen la movilización de un volumen de recursos excepcional (750.000 millones de euros) para hacer frente a la crisis económica y social derivada, hasta la reacción nacional con su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el instrumento que canalizará esos fondos en España (hasta 140.000 millones) y con el que se traza la hoja de ruta nacional para la reconstrucción económica y social.
También La Rioja ha diseñado su propuesta autonómica para abordar los nuevos retos y fortalecerse de cara al futuro con su Plan de Transformación. Todo un “desafío y oportunidad extraordinarios” no solo para acelerar la recuperación económica de la región tras la irrupción de la crisis del COVID-19, sino para avanzar en esa transformación de la comunidad que gira sobre la rueda de la modernización. Con el Plan de Transformación, La Rioja aborda grandes proyectos de carácter estratégico que parten de las características diferenciales de la región y que se basan en la sostenibilidad y la digitalización como palancas para ese proceso de transformación integral. El objetivo del Plan es conseguir que dentro de seis años La Rioja sea una comunidad autónoma más verde, más digital, más competitiva, más cohesionada y más igualitaria.
La región se sumerge así en un nuevo horizonte donde se desarrollarán “proyectos de capacidad transformadora que generarán empleo y fomentarán la cohesión territorial y social de manera inteligente, digital, innovadora, sostenible y paritaria, con un escenario presupuestario sin precedentes que permitirá un enorme salto cualitativo”. Proyectos todos ellos para construir la comunidad autónoma de la próxima década.
Y para ese proceso de despliegue se necesitará el esfuerzo, implicación y compromiso del conjunto de la sociedad riojana, habrá que detectar nuevas oportunidades de desarrollo, gestionar un volumen de inversiones sin precedentes y dinamizar de manera efectiva la gran cantidad de actores, públicos y privados, que se verán involucrados. Los doce ejes estratégicos del Plan de Transformación de La Rioja son: sostenibilidad, digitalización, innovación, reto demográfico, cohesión territorial, cohesión social, transformación sectorial, generación de empleo, transformación global, igualdad de género, colaboración público-privada e iniciativa privada. Y a todos ellos contribuyen en distinta medida cuatro grandes proyectos que poseen gran potencial de transformación: Enorregión, Valle de la Lengua, Ciudad del Envase y el Embalaje y Territorio Digital de Servicios.
Por un lado, la comunidad busca convertirse en referencia internacional en el mundo del vino. Con el proyecto Enorregión, tal como remarcan desde el Ejecutivo, “asume el desafío de confirmar que un sector maduro clave en la economía de una región puede ganar competitividad a través de la transformación verde y digital de todas sus vertientes”. El objetivo es impulsar la modernización de la industria vitivinícola en toda su cadena de valor y la consolidación como destino turístico y como lugar de generación de conocimiento de referencia mundial.
Por otro lado, esta tierra de vino también es tierra de lengua. Aquí surgieron las primeras palabras escritas en español y es por ello que este hito debe convertirse en una herramienta de desarrollo para desplegar el potencial de esta lengua en diferentes dimensiones: aprendizaje, ciencia, turismo, cultura y oportunidades de negocio, con especial relevancia de la inteligencia artificial. Con Valle de la Lengua, el Gobierno de La Rioja quiere hacer de la segunda lengua materna más hablada en el mundo un proyecto tractor con el que se aproveche el patrimonio material e inmaterial del idioma, lo actualice, digitalice y convierta en recurso.
La Rioja se posiciona como una de las regiones más industrializadas del país y cuenta con una gran representación del sector del envase y el embalaje, que además tiene entre sus clientes a sectores estratégicos como la agroalimentación o el calzado. El reto del proyecto Ciudad del Envase y el Embalaje es colocar a la comunidad y a España en general “al frente de la necesaria transformación de este sector clave para la economía, a través de la digitalización y la sostenibilidad”.
Finalmente, y dentro de ese eje estratégico de la digitalización, la región quiere asegurar que el cien por cien de su población tiene acceso a todos los servicios digitales independientemente de su lugar de residencia. Por el momento, el 97 por ciento de la sociedad riojana cuenta con acceso a fibra, así que con el proyecto Territorio Digital de Servicios se busca completar el círculo para lograr una comunidad conectada, lo que implica tanto la extensión de las infraestructuras como la creación de una red de servicios y cuidados personalizados y la transformación de la movilidad en la región. Cuatro proyectos estratégicos vertebradores que conforman una propuesta transformadora integral con la que La Rioja quiere aprovechar la gran oportunidad y el gran reto que suponen los fondos europeos para dar un impulso definitivo a la competitividad de la región y, en definitiva, a la calidad de vida de todos los riojanos.
* Contenido especial para el Gobierno de La Rioja
