La Rioja

Menos corderos por Navidad: la incidencia del virus rompe la cadena

Faltan escasas horas para extender el mantel de las ocasiones especiales y poner la vajilla nueva sobre la mesa. Y mientras tanto, los anuncios de nuevos positivos por COVID-19 siguen irrumpiendo en los chats familiares y de amigos como si de una cascada se tratara. Otras Navidades impregnadas por el virus, pero esta vez, a diferencia del año pasado, serán muchas más las personas que las pasen confinadas o rodeadas de sus familiares más cercanos.

Con una incidencia acumulada que supera ya los 1.600 casos en los últimos catorce días, muchos corderos se han quedado a las puertas de ser horneados. Primero llegaron las cancelaciones de comidas y cenas en restaurantes, y después, el efecto dominó.

“Las carnicerías se han quedado con mucho género sin vender por esta limitación de los encuentros sociales y eso claramente nos va a repercutir. Todavía no nos han llamado para solicitar pedidos para Nochevieja y Año Nuevo, pero si no venden lo que tenían previsto para estos días tampoco van a comprar más. Y el problema es el de siempre, que el cordero se tiene que vender sí o sí”.

Ganaderos como Miguel Ángel Fernández afrontan estas fechas cruciales de temporada con incertidumbre porque no saben qué pasara en Nochevieja: “Según como hayan ido las ventas estos dos últimos días se actuará la semana que viene. Pero el parón ha sido importante. En mi caso no me han cancelado pedidos, pero otros ganaderos ya han recibido llamadas de sus carniceros de que no les cogen más corderos hasta que no vendan la carne que ya tienen”.

Miguel Ángel Fernández en su explotación ganadera.

Este año, a diferencia de otras campañas, el cordero ha experimentado una subida de precio apreciable desde el primer eslabón de la cadena. Los ganaderos han vendido la pieza en torno a un 20 por ciento más cara respecto al año anterior. “En algunos casos, se ha pasado de los 65 euros del año pasado por cordero a los 75 de este año”.

De cara al consumidor, los precios han variado de unos 100 euros la pieza entera el año pasado a estar en torno a los 125-130 euros ahora. Un incremento motivado, sobre todo, por el “descenso en el número de cabañas ganaderas en La Rioja, pero también en el resto del país. Esa falta de oferta ligada a una demanda más creciente para estas fechas ha provocado que las cifras se encarezcan”, señala por su parte el carnicero Alfredo Iturriaga desde el Mercado de Abastos de Logroño.

Alfredo Iturriaga en el Mercado de Abastos de Logroño.

Eso sí, los ganaderos insisten en que esas subidas en los precios de venta no se compensan con los precios de los piensos con los que alimentan a sus rebaños. “La crisis de las materias primas nos ha afectado en el coste de los piensos. Si el cordero ha encarecido su precio un 20 por ciento, los piensos lo han hecho un 30, así que vamos a pérdidas. Al final se está creando una psicosis con el tema de que el cordero está más caro pero nosotros seguimos perdiendo”, apunta Fernández.

Y si no dan salida a todos los corderos previstos para esta campaña de navidad “la única solución que quedará es engordarlos más con el coste extra que eso supone y venderlos a entradores o cebaderos a un precio más barato”.

Una vez más, la demanda del sector ganadero es la de sensibilizar a la población en el consumo de alimentos de proximidad: “No podemos hacer nada frente a los corderos que entran de Francia a un precio mucho menor. La gente debe valorar el producto que sale de su zona y el trabajo que hay detrás porque ante situaciones de estas somos los que más perdemos”.

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