Mañana muy entretenida en la pista de hielo de Lobete, con los escolares como protagonistas. El concejal de Deportes, Rubén Antoñanzas; ha presenciado primero una demostración de curling. Este deporte, originario de Escocia, ha alcanzado un buen impulso en Logroño, gracias a los cursos del club Harrikada. Iraitz es uno de los monitores que imparte este disciplina: “Consiste en arrojar piedras de granito de 20 kg a una diana que está situada a unos 45 metros en la pista de hielo. Para ello, nos ayudamos con escobas”.
Las escobas son un instrumento fundamental en este deporte y el instructor explica el motivo: “Esto es lo más peculiar, se barre el hielo, se frota. Tratamos de calentar el hielo para reducir la fuerza de rozamiento y que la piedra ruede más lejos”. Seguro que alguna vez has visto en la televisión alguna imagen de esta, salvando todas las distancias, especie de ‘petanca helada’. Dos equipos disputan cada encuentro, tiran ocho piedras y gana quien deposite estos círculos más cerca de la diana.
Además, los jugadores utilizan unos zapatos especiales, para lograr un mejor agarre con el hielo. Iraitz ha explicado además algunas curiosidades de este deporte: “Las mejores pistas de hielo de España están en Jaca, pero en Logroño tenemos hielo de muy buena calidad”. Las clases se desarrollan los martes y ya están creando cantera. De hecho, ya hay riojanos compitiendo fuera: “Dos han debutado en un campeonato nacional y uno lo va a hacer esta temporada. E incluso otro ha sido llamado para tecnificación de la selección junior”.
El curling crece en la región y según el entrenador, puede haber pronto “un internacional riojano”. Más allá del alto nivel competitivo, hay posibilidades para todos: “Es una mezcla de estrategia, técnica, equilibrio, conceptos de barrido. Es un deporte divertido y para todo el mundo”.
Rubén Antoñanzas, concejal de Deportes, intenta el curling en la instalación
Hay futuro sobre el suelo helado y no solo de ese deporte. Alumnos del Duquesa de la Victoria han asistido a una sesión de patinaje sobre hielo. acompañados de una monitora. Equipados con patines y cascos, han demostrado sus habilidades. Y ojo, porque a algunos se les notaba mucha calidad y técnica. Entre las conversaciones sobre la pista, algunas relativas a torneos próximos. No es de extrañar, porque mientras algunos niños y niñas mantenían con dificultades el equilibrio, otros iban absolutamente sobrados.
Jonathan es el encargado de mantenimiento de patines y cascos en la instalación, destinada a todos los logroñeses y riojanos: “Tenemos 400 pares de patines, desde el número 25 hasta el 50”. En cuanto al público, afirma que las épocas con más afluencia suelen ser Navidad y Semana Santa: “De normal tenemos entre 80-100 personas en cada sesión y lo tenemos siete meses abierto al año. Al principio venía más gente, tuvimos dos años de bajón, pero después de todo el COVID-19 la gente tiene más ganas”.
Por todo ello, Rubén Antoñanzas valora especialmente la pista de hielo: “No es lo más habitual dentro del resto de España y para nosotros es importante mantener este problema. Muchos niños repiten además con sus padres y sus amigos el fin de semana. Gran parte del deporte de base también se practica aquí”. Una pista de hielo como método de diversión y como vivero de futuros talentos. Logroño apuesta de forma clara por el deporte y esto es una muestra más.
