La Rioja

El camino de Yasin Basardah: de Al Qaeda a Logroño pasando por Guantánamo

En una céntrica cafetería de Logroño transcurre una conversación especial. Quienes ocupan las mesas cercanas seguro que no saben que a pocos metros se encuentra un exterrorista de Al Qaeda. Yasin Basardah llegó a Afganistán cuando era un veinteañero. Estuvo seis veces con Bin Laden y luchó junto a los talibanes en el norte del país. Pero su aventura tocó el suelo cuando ingresó en la prisión de Guantánamo por diez años.

En una entrevista publicada por ‘El Confidencial’ este yemení de 44 años según la tarjeta de residencia expedida por España (aunque él dice tener 47) y vecino de Logroño, donde reside desde 2010, recorre los episodios de su vida.

Su experiencia en la cárcel se resume en malos tratos, aislamiento, interrogatorios interminables e incluso intentos de suicidio. “Una guerra psicológica”. Pero una puerta se le abrió cuando conoció a la agente Barbara Johnson. Ella le facilitó unas buenas condiciones y, después de que un tribunal de Guantánamo le declarase inocente, los interrogatorios interminables cesaron. Fue España quien decidió acogerle dentro de un acuerdo de la Administración de Obama con países europeos para recibir presos de Guantánamo.

“Me preguntaron qué quería hacer si llegaba a España. Pedí un trabajo y aprender castellano. Me dijeron que a los 10 años me darían la nacionalidad, pero no han cumplido. No han llegado ni la nacionalidad ni la libertad. No han cumplido”, apunta. Ahora sobrevive con la ayuda de Cruz Roja de 825 euros mensuales, con los que paga el alquiler, las facturas y la comida, e insiste en que necesita trabajar. Su documento de residencia en España es válido hasta el 30 de abril del año que viene: “Residencia temporal. No autoriza a trabajar”.

Tras alguna experiencia en España con la policía por “trapichear” con drogas, Basardah quiere traer aquí a su hijo que vive entre los conflictos bélicos que asolan Yemen, pero nadie le soluciona nada. También lamenta no poder formalizar su matrimonio con una mujer marroquí con la que mantiene una relación, ya que requiere de una documentación con la que no cuenta en cuanto a su nacionalidad. Aunque han pasado ya once años desde su salida de Guantánamo, asegura en la entrevista no sentirse libre todavía.

Y reflexiona sobre las nuevas generaciones que se plantean unirse a la yihad: “Les diría que todo son intereses geopolíticos y que iba a ser una víctima de esos intereses. El profeta dice que el mejor yihad es el que se ocupa de su familia y de sus padres. Yihad en árabe significa esfuerzo. Yo he perdido 21 años de mi vida. No he aprovechado nada. Mis hermanos se casaron, tuvieron hijos y yo estoy aquí”

20 años desde la masacre

Basardah estaba luchando con los talibanes al norte de Afganistán cuando se enteró del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York. Este sábado se cumplen dos décadas desde aquella masacre, un aniversario que coincide con el regreso de los talibanes a Afganistán y este exyihadista recuerda que aquella guerra contra la primera potencia mundial, en palabras de Bin Laden, “no era una guerra militar, sino un desgaste para debilitar a los americanos, y se ha conseguido”.

En la entrevista, Basardah asegura que el 11-S “cambió muchas cosas, desde el plano jurídico internacional al juego entre países”, pero añade con la vista pues en el presente: “El problema es ahora mismo. Veinte años después, los americanos han dejado a los talibanes donde estaban y eso va a aumentar más el yihadismo. Va a tener mucho impacto sobre el mundo y va a haber muchos actos de terrorismo, y el próximo será Irán”.

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