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Luis de la Fuente y Álvaro Fernández, subcampeones olímpicos en fútbol

Luis de la Fuente y Álvaro Fernández, subcampeones olímpicos en fútbol

Cuentan aquellos que nunca ven más allá de un resultado que los segundos son los primeros de los perdedores. Una falacia que obvia lo más importante en cualquier gesta: el camino hacia la batalla final. Un camino que el fútbol olímpico nacional no había recorrido aún en lo que llevamos de siglo XXI y, aunque cantaba Gardel que veinte años no son nada, en el deporte 21 años representan una eternidad.

La plata conquistada por Luis de la Fuente y Álvaro Fernández, si no sabe de inmediato a oro, adquirirá ese gusto con el paso del tiempo. Tal vez haya que esperar a que la herida se enfríe para apreciar la verdadera dimensión de lo logrado por el técnico de Haro en Tokio, que para el fútbol nacional supone haber regresado a una final olímpica por primera vez desde Sidney 2000 y para el deporte riojano duplicar las medallas conquistadas en unos Juegos: a la plata de Aranzubía en Australia y al bronce de Carlos Coloma en Brasil ahora se suman las platas de De la Fuente y Fernández.

FOTO: @SeFutbol (Twitter).

España y Brasil se han mostrado sus respetos desde el mismo momento en que el balón se ha puesto a rodar. Líneas compactadas y escasos riesgos asumidos al pasar la pelota, pues ambos equipos eran conscientes de su capacidad para hacerse daño al cometer errores. En esas estaban ambas selecciones cuando al cuarto de hora a punto estuvo el sevillista Diego Carlos de firmar un autogol al despejar un cabezazo de Oyarzábal a centro de Marco Asensio.

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En un encuentro trabado y lento, la réplica en el área contraria la firmó Richarlison, rematando seco un centro de Claudinho que se estrelló contra el lateral de la portería de Unai Simón. Una salida en falso del portero vasco en la que se llevó por delante a un atacante brasileño llevó al colegiado, auxiliado por el VAR, a pitar un penalti a los 38 minutos que Richarlison (máximo goleador del torneo) disparó horrible, muy por encima del travesaño.

Salvado el susto, el combinado de De la Fuente buscaba el descanso tras verse superado en el primer tiempo por su rival y apenas llevar peligro a la portería de Santos. Pero justo en la última jugada del añadido del primer tiempo llegó el mazazo psicológico. Dani Alves prolongó al punto de penalti un balón aparentemente sin peligro que ni Pau Torres ni Zubimendi supieron despejar y aprovechó Matheus Cunha para rematar a placer a la red.

El técnico riojano movió el tablero apostando por la profundiad de Bryan Gil y Carlos Soler, que sustituyeron en el segundo tiempo a Mikel Merino y Marco Asensio. Sus entradas abrió mucho más el partido, convirtiéndolo en un duelo a ida y vuelta en el que Richarlison pudo sentenciar a los 51 minutos (Simón rechazó su remate, que se estrelló contra el larguero), pero en el que fue España quien salió vencedora a los golpes.Con media hora por delante, Carlos Soler ganó posición de centro por la banda derecha y su ‘banana’ la fusiló a la red Oyarzabal en semicaída, sin dejar botar el balón.

FOTO: @SeFutbol (Twitter)

Los cambios dieron la razón a De la Fuente en el segundo tiempo, que contó con el dominio del equipo español y en el que Brasil parecía fiar sus opciones de oro a la prórroga. A ella se llegó porque la fortuna así lo quiso, ya que Óscar Gil estrelló contra el larguero un centro-chut a cuatro minutos del final y Bryan Gil también se topó con la madera dos minutos después.

Así pues, una prórroga separaba a la selección olímpica de su primer oro desde Barcelona 92. Un tiempo extra como los que ya había superado España en todos sus compromisos de la fase de eliminatorias: contra Costa de Marfil en cuartos (5-2) y contra Japón en semifinales (0-1).

FOTO: @SeFutbol (Twitter)

El oro, a 30 minutos

Los primeros 15 minutos del tiempo extra se desarrollaron bajo un intenso dominio en ocasiones del equipo brasileño que la zaga española supo neutralizar. En la última acción de la primera parte de la prórroga los jugadores de ‘la Rojita’ pidieron un penalti por mano dentro del área que el colegiado ni siquiera se dignó a revisar en el VAR.

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Y tanto fue el cántaro a la fuente que acabó por quebrarse a falta de 13 minutos para el fin de la prórroga. Antony sirvió un balón larguísimo para que Malcom disputase la carrera con Vallejo y, aunque el aragonés partía con ventaja, la velocidad del brasileño le permitió ganar posición de disparo para batir a Unai Simón.

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