Le llaman contaminación visual: elementos que afectan o perturban la visualización de una determinada zona o rompen la estética del paisaje. Y eso es precisamente lo que vieron Álex Alonso y Eduardo Pastor, dos jóvenes de 16 y 17 años, estudiantes de 4º de la ESO en Escolapias, cuando, en uno de sus paseos, miraron hacia las cristaleras del recién inaugurado parque Felipe VI de Logroño.
“Surgió por casualidad. Esa mañana madrugamos bastante, desayunamos y fuimos dando un paseo al colegio. Vivimos en Lardero y nos gusta ir andando para despejarnos. Era pronto y pasamos por el parque. A lo lejos vimos que había algo en los cristales que lo rodean y nos acercamos. Eran pintadas. Intentamos quitarlas con un poco de alcohol y vimos que se podían limpiar, pero llegaba la hora de entrar en clase y no nos daba tiempo de borrarlas todas”.
Así que por la tarde, una vez que terminaron sus clases, volvieron al Parque Felipe VI y con un spray con alcohol, varios trapos y gel hidroalcohólico comenzaron la labor. “Lo hicimos porque es un sitio donde solemos ir bastante. Nos pilla cerca del colegio. La verdad es que nos resulta incómodo ver pintadas que ensucian la zona y nos da rabia que se deteriore el entorno”.
Ambos jóvenes se pusieron manos a la obra hasta que vieron que un coche de la Policía Local se acercaba a ellos. “De primeras, nos asustamos. Pero dijimos: ‘No estamos haciendo nada malo’. Así que continuamos”. El agente paró el vehículo junto a Álex y Eduardo. “Nos preguntó qué estábamos haciendo”. Ante la explicación de los jóvenes, les cuestionó si habían sido ellos los que habían hecho las pintadas y segundos más tarde aparecieron nuevas patrullas. “En un momento se había presentado varios policías que nos pidieron la documentación y nos registraron por si llevábamos algo raro”.
Los alumnos de Escolapias reconocen que, tras contar su historia, los policías se quedaron durante un momento sin palabras. “Luego reaccionaron para darnos las gracias y valorar nuestra iniciativa. ‘Ojalá más gente como vosotros’, nos comentaron. Y que los policías te digan eso…”.
Es la primera vez que llevan a cabo la limpieza de pintadas, pero Álex y Edu se caracterizan por ser jóvenes comprometidos con su ciudad y con el medio ambiente. “Siempre que vamos de paseo recogemos la basura que nos encontramos. No salimos específicamente a limpiar, pero sí nos gusta ver las calles y caminos sin latas, pañuelos… así que vamos recogiendo todos los desechos para tirarlos a los contenedores correspondientes”.
Logroño ya vivió un momento semejante cuando varios jóvenes voluntarios limpiaron los restos del desastre de la noche de disturbios que vivió la capital riojana el pasado octubre. “Entendemos que cuando hay cosas mal hechas se tiende a pensar que han sido adolescentes y en muchos casos es así porque pasamos por una edad donde hacemos muchas tonterías, pero no todos somos iguales y generalizar no está bien”. Para Álex y Eduardo el problema radica en que llama más la atención que dos jóvenes limpien pintadas a que dos jóvenes las hagan. “Ojalá cambiaran las cosas”.
