La Rioja

El ICVV participa en la creación de una bebida vegetal con hollejos y raspones

María José Motilva (centro) con el equipo del ICVV que participa en el proyecto

Los usos de la uva van más allá de su destino de vinificación para acompañar celebraciones y descorchar buenas sensaciones. Ya lo demostraba esta semana el Cibir tras desarrollar con éxito un mosto con propiedades neuroprotectoras para prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer.

Ahora, el Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV), junto con la Asociación para la Investigación, Desarrollo e Innovación del Sector Agroalimentario (AIDISA) gestionada por el Ctic Cita, presentan un proyecto con la baya y otros productos alimenticios como materia prima base enmarcado en los objetivos de productividad y sostenibilidad agraria mediante la economía circular.

El estudio, denominado ‘Aprovechamiento de subproductos y desarrollo de la Economía Circular de la Industria Agroalimentaria’ (plusPRODUCT), se incluye en el paquete de ayudas a las acciones de cooperación con carácter innovador dentro del Programa de Desarrollo Rural 2014-2020. En este caso, la reutilización de subproductos derivados de la actividad del sector agroalimentario se contempla como la premisa sobre la que el equipo trabaja desde el año pasado.

“A pesar de la intensa actividad investigadora en el tratamiento adecuado y la reutilización de los subproductos que se derivan del sector agroalimentario, aún no se ha conseguido valorizarlos de manera generalizada y continúa siendo un problema económico y sobre todo medioambiental para esta industria a nivel mundial, especialmente en las zonas con mayor intensidad productiva como es el caso de La Rioja”, apunta la investigadora del ICVV, María José Motilva.

El proyecto pretende desarrollar un procedimiento tecnológico para aprovechar los co-productos (la materia prima) derivados de la vinificación y de la transformación de productos de tomate que incluya todas las etapas, desde la selección de estos alimentos base, pasando por el acondicionamiento, la conservación y la obtención de una serie de ingredientes de origen natural ricos en compuestos bioactivos. El objetivo final es la obtención de una bebida vegetal como primera “prueba de concepto” de aplicación.

“El interés por el aprovechamiento de subproductos del proceso de vinificación radica en que estos, principalmente hollejos y raspones, tienen un elevado contenido en compuestos fenólicos de diversa naturaleza. Por tanto, desarrollar métodos de conservación de estos subproductos orientados a preservar estos compuestos bioactivos permitirá obtener ingredientes de interés para la formulación de alimentos funcionales, además de otras aplicaciones futuras en el campo de la alimentación animal y de los biofertilizantes”, explica Motilva.

Un trabajo que responde a la necesidad de rentabilizar una amplia gama ingredientes alimentarios de origen natural y ricos en compuestos bioactivos a través de tecnologías emergentes que sirvan para su acondicionamiento y conservación. “Para poder asegurar en todo momento los parámetros de calidad y seguridad deseados se van a desarrollar metodologías que permitan monitorizar el contenido en compuestos bioactivos, así como las características organolépticas y reológicas, entre otras”, indica la investigadora.

Asimismo, el equipo de trabajo pretende establecer un diseño experimental en base a un conjunto de metodologías de acondicionamiento y conservación de los co-productos para verificar y evaluar la eficiencia de los ingredientes obtenidos en cuanto a su funcionalidad en la formulación de alimentos. “Algo que, en un futuro, permitiría optimizar el aprovechamiento de otros co-productos derivados del proceso de vinificación, para la obtención de ingredientes alimentarios de alto valor añadido”.

Motilva destaca así algunos de los principales beneficios que este aprovechamiento de los subproductos derivados de la vinificación y la elaboración de derivados del tomate aportará a la esfera social y económica, partiendo del menor impacto ambiental que tendrán estos procedimientos: “Se pueden abrir nuevas vías de valorización y desarrollo socio económico en La Rioja a través de esta reutilización de co‐productos de gran interés para la región, además de servir de sistema puente entre los desarrollos y logros científicos y la industria agroalimentaria”.

Por otro lado, desde el ICVV también recalcan la “potenciación del uso de tecnologías emergentes, tanto para la obtención de dichos ingredientes, como para su acondicionamiento y conservación, fomentando el uso de ingredientes alimentarios de origen natural y desarrollando, por tanto, alimentos más saludables que de alguna forma disminuyan o mejoren el control de enfermedades crónicas de alta incidencia, principalmente cardiovasculares y neurodegenerativas, como la obesidad y los diferentes tipos de cáncer”.

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