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Sonia Corral, la única delegada en el fútbol masculino de clubes

Foto: Haro Deportivo / Ricardo Donézar

El fútbol sigue siendo un terreno limitado para la mujer. Y aún más el disputado por hombres. Sonia Corral, delegada de equipo en el Haro Deportivo, es una excepción. La riojana es la única en el fútbol masculino de clubes: “No fui consciente de que era la única mujer, sí que veías fisios, presidentas… A medida que han ido pasando los años, he ido hablando con árbitros y sí, no hay mujeres en mi puesto”. Junto a ella, Silvia Dorschnerova ejerce la misma función, en este caso, en la selección española absoluta: “Me sorprendía verla a ella cuando salían los cambios”:

Pero el papel de estas mujeres es mucho más que sacar la tablilla para anunciar las sustituciones o tiempo añadido. La blanquinegra reconoce que es un rol muy “de tíos”, pero se siente muy bien en su puesto: “Lo puede desempeñar una mujer perfectamente, pero desde fuera no está muy claro. Yo creo que es por el mero desconocimiento, dentro de los clubes está muy claro cuál es nuestro papel, pero fuera de ellos, no tanto”. En la región, es una cara bien conocida y mediadora habitual en todos los conflictos y problemas que le puedan surgir al club riojalteño.

“Nuestro papel funciona mucho más el día de partido, ahí las funciones están más determinadas: controlar la equipación, las fichas, hablar con el árbitro, recibir al equipo contrario, realizar los cambios…”, explica. En el día a día, reconoce que el papel es más difuso: “No existe un manual como tal, pero tenemos que estar al día del reglamento e informar. Con quien más trato tengo es con el entrenador, Aitor Calle. Me preocupan cosas del fútbol frecuentemente”.

Foto: Haro Deportivo / Ricardo Donézar

“También mi papel es hacer un poco de madre, estar pendiente de si los jugadores están bien o necesitan algo, como los justificantes de movilidad (ahora con las restricciones derivadas de la pandemia). Con el tema COVID, hay una plataforma habilitada por la Federación, con unos desplegables de responsabilidad. Tenemos que velar porque todos los jugadores lo tengan todo el día, tema de papeleo, de reconocimiento…” En definitiva, una ardua labor en el día a día de un club modesto.

Por desgracia, Corral también ha vivido algún mal momento: “En mi primer partido como delegada, uno de los asistentes no me quiso dar la mano. Fue el único caso que viví, luego volví a coincidir con él y aunque no tenemos un trato fluido, no le ha quedado otra que asumir que las mujeres estamos en el fútbol. No sé exactamente si le dijeron algo, pero ya no me ha vuelto a pasar”. En el caso del fútbol femenino, el rol está mucho más extendido entre las mujeres.

La buena noticia es que el reconocimiento es mayor, según pasan los años: “El papel femenino cada vez es más visible y ojalá que siga así. Hay mucho camino por recorrer en cuanto a las mujeres en el deporte, espero que esto no sea solo el inicio. En general, no he tenido ningún trato discriminatorio, más bien al revés. Los delegados que me tocan son más mayores que yo, te ven como una hija, como más frágil, una percepción social. En ese aspecto, no he tenido ningún problema”.

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