“¡Ahí va! ¿Pero qué ha pasado aquí?”. Es la pregunta más repetida entre los logroñeses que han pasado a primera hora de este miércoles por la calle Murrieta. Una calle cortada, dos patrullas de la Policía Local vigilando el tráfico y, sobre todo, bomberos. Muchos bomberos.
Los curiosos no podían evitar alzar la vista en busca de humo en alguno de los ventanales del edificio más alto de Logroño. “No será nada”, suspiraban al comprobar que el humo ni estaba ni se le esperaba, porque de lo que se trataba en realidad era de un simulacro llevado a cabo por los bomberos de la capital riojana en la ‘Torre Blanca’.
¿Por qué en este edificio? Porque los bomberos han puesto a prueba su capacidad de transporte de agua ante un hipotético incendio a gran altura y ningún otro inmueble de la capital está más cerca del cielo, pues cuenta con 20 plantas que elevan su perfil por encima de los 70 metros de altitud. A partir de los 42 comienzan a tener problemas los coches de bomberos para llevar agua a las plantas superiores, por lo que los bomberos han testado que la ‘columna seca’ -un sistema que permite ‘enchufar’ la manguera en el portal para transportarla a las plantas altas- de la torre funciona como es debido
“No ha habido heridos”, brombeaba alguno de los bomberos que han participado en el simulacro, detallando que “de lo que se trata es de que no los haya en caso de un futuro incendio”.
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