La calagurritana María Marín se fue hace más de una década a vivir a Cataluña. Empadronada ya en Sant Feliu de Guixols, la sorpresa le llegó hace unas semanas en forma de carta certificada: era segunda vocal de mesa en las elecciones que hoy se celebran en Cataluña. Y así, esta mañana se ha tenido que presentar en su colegio electoral con la incertidumbre de la que no sabe muy bien cómo va a transcurrir la jornada.
“Las medidas se están cumpliendo de forma estricta”, cuenta para NueveCuatroUno. “Aquí tenemos gel hidroalcohólico, mascarillas, distancia de seguridad y ventilación”. Son tres mesas en un local de más de 200 metros cuadrados, la gente llega a cuentagotas pero de forma constante. “Primero han sido las personas mayores”, va relatando. Poco a poco han ido llegando todos los demás. “Ordenados y cumpliendo las medidas”, dice.
Junto a sus dos compañeros de mesa (“he tenido suerte y es gente muy maja”) esperan al momento más conflictivo: cuando pueda empezar a llegar la gente positiva o en cuarentena. Ya les han explicado cómo ponerse y quitarse el EPI. “Esperamos que no venga mucha gente a esa hora, pero no sabemos muy bien lo que va a pasar, habrá que esperar”, nos cuenta.
Ella lo tiene claro. “No deberían haberse celebrado estas elecciones, al menos no ahora”, sentencia. “Es un contrasentido que después de lo que nos hemos intentado cuidar la mayoría ahora nos estén haciendo exponernos a éste riesgo”, dice. “Si puedo venir a ser mesa electoral ¿por qué no puedo hacer otras cosas?, o lo que es lo mismo “si no puedo hacer otras cosas no debería poder venir a ser mesa electoral”.
Pero eso ya no tiene remedio. En algunas horas llegará el momento de cerrar la urna y empezar a realizar el recuento y ya sólo quedará saber el resultado de las elecciones catalanas, en escaños y en contagiados.
