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El BM Logroño no vuelve con buen pie a la liga y cae ante el Sinfín (23-27)

Foto: BM Logroño / Juanjo Acobi

El BM Logroño ha vuelto del parón invernal con derrota ante el Sinfín (23-27), en un partido casi surrealista. Ni público en las gradas, ni vallas de publicidad, solo los gritos de los jugadores en el campo y el ruido de sus pisadas sobre el parqué del Palacio. Solo la megafonía rompía una escena tan inhabitual, la primera vez sin afición en toda la temporada. Con las bajas de Gabriel Ceretta (lesión), Delcio Pina (confinado hasta hoy) y Rudolf Hackbarth (burocracia), el encuentro se ha envenenado peligrosamente para los riojanos. Sin intensidad, se les ha acabado el tiempo. Así de simple.

Los franjivinos han jugado probablemente su peor tiempo de la temporada. Desconectados en defensa, fallones en ataque,
sin ritmo y sin esa intensidad que les caracteriza. Y a pesar de todo lo malo, solo dos abajo a vestuarios (13-15). Los cántabros, mucho peor bloque que los riojanos sobre el papel, han sido mucho mejores en el primer tramo, cogiendo ventaja en el arranque (2-6) y consolidándola posteriormente con un 7-12. Una renta que ha obligado a Miguel Ángel Velasco a pedir tiempo muerto. Algo ha arreglado, especialmente a partir de la figura de Casado.

El de Carboneras se ha echado a su equipo a la espalda, con cinco goles en el primer tiempo. Sin embargo, seguía sin ser suficiente y Jorge Pérez tampoco tenía su mejor día bajo palos. No había continuidad y las sensaciones seguían siendo francamente malas. Pérdidas, infracciones del reglamento, errores no forzados, malas decisiones… Parecía difícil que el decimocuarto de la competición sacara algo positivo de Logroño, pero Lon, Darko Dimitrievski, Nacho Valles y compañía se empeñaban en lo contrario (15-17, minuto 37).

Foto: BM Logroño

Rangel Luan ha sustituido a Jorge en portería y la imagen del equipo ha mejorado. Miguel Sánchez Migallón, Casado y Serradilla han solidificado la defensa, Eduardo Ortiz y Erik Balenciaga se han dedicado a crear; y Eduardo Cadarso, a perforar la red rival. Por primera vez, los riojanos han sacado la cabeza (17-17), en un encuentro ya puramente defensivo. Sinfín ha intentado ralentizar el encuentro, imponer rigor defensivo y encomendarse a un muy acertado Lon. El plan les estaba saliendo y sin mucho margen de error (19-22, minuto 49).

Las exclusiones se han hecho frecuentes y Logroño seguía sin encontrarse. Ya era el minuto 55 y con 22-24 en el marcador, los cántabros se mostraban al límite. Dimitrietksi ha repartido de lo lindo y se ido a la calle por acumulación de exclusiones. Los locales no han sabido jugar estos últimos instantes y han sumado una derrota que hubiera sonado quimérica al inicio del encuentro. Cuando está de que no… los visitantes se han llevado dos puntos de oro y lo han celebrado con locura al conseguirlo.

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