UD Logroñés

El Logroñés suma su segunda derrota consecutiva (1-2)

Sergio Rodríguez es un chamán. El técnico del Logroñés es capaz de leer el futuro. Tiene una barrica en el vestuario con vino de Rioja en la que echa sus apuntes y varias especias. En ellas, al calor del fuego, asoma su cabeza para ver aquello que sólo él puede ver. Y así, su pócima le escupe las alineaciones, los cambios, la estrategia y hasta los fichajes. Y así, el entrenador riojano acierta siempre. No hay vez que lea mal un partido y no acierte con sus decisiones. Allí donde todos ven oscuridad, el chamán blanquirrojo vez luz y alumbra las tinieblas del fútbol. Es posible que incluso su barrica le dijera lo que iba a pasar en Mallorca, que él ya supiera que reinaría el caos durante cinco minutos en Son Moix para acabar con una goleada ante el líder (0-4).

Y este miércoles en Las Gaunas, nueva ración de chamanismo y acierto por parte del técnico. Se lo habían avisado sus visiones, pero ha intentado hacer su magia con el trivote Errasti-Andy-Olaetxaea y los posteriores cambios. No ha sido posible. La fuerza del destino y las lesiones. Un error, un gol. Dominado el Logroñés durante toda la primera parte por la Ponferradina, un fallo de Yari Meykher al sacar el balón le ha costado el primer gol. Patea tarde el meta ucraniano, golpea el esférico en un defensor y el control de Iago López con el pecho regala la ocasión del partido a Gaspar Panadero.

El lateral gallego se ha visto obligado a cometer falta al borde del área para evitar la acción de gol, pero la Segunda División ha impuesto su ley. Sielva ha sacado su guante a pasear y ha colocado la pelota con precisión milimétrica para que Yari nada pudiera hacer por evitar el primero. 0-1. Control total llegado desde el Bierzo. La Ponferradina ha sido dueña y señora de los primeros 45 minutos. Salvo un zurdazo de Iñaki desde fuera del área que Caro ha repelido con reflejos felinos, el resto ha sido entero para los visitantes. Sergio Rodríguez ha pasado entonces por su barrica. Eo, eo, eo, eo, eo. Tras dar varias vueltas a su alrededor, esta le ha escupido el plan: Bogusz por Errasti y Unai Medina por Zelu.

Y como el técnico ya había visto el futuro como buen chamán que es, sabía que el partido cambiaría radicalmente. El dominio visitante ha dado paso al control local. Un vendaval tras la reanudación que en sólo cuatro minutos ya había puesto las tablas en el marcador. Eo, eo, eo, eo, eo. La receta de Sergio Rodríguez comenzaba a surtir efecto. Así, en un centro de Unai Medina ha llegado el empate de Iñaki tras dejarle Sielva franco el balón al lateral calagurritano. Cayendo con nieve, le ha dado tiempo hasta de tomarse un café antes de rematar con un testarazo sin nadie que le estorbara. Dedicatoria para sus futuras hijas, sonrisa y felicidad. 1-1 en el eléctronico de Las Gaunas.

Sin embargo, ni siquiera el chamán de Sergio Rodríguez puede imponer su Ley ante las directrices de la Segunda División. En la primera parte, un error costaba un gol. En la segunda, un descenso en la intensidad y un pequeño hundimiento de la defensa costaba otro tanto. Iván Rodríguez ha puesto el 1-2 definitivo con un certero zurdazo dentro del área tras fintar a Iñaki y que nadie saliera a su encuentro. El clásico recorte y disparo abajo ante el que nada puede hacer el guardameta. Segunda derrota consecutiva para el Logroñés. Las seis victorias ya son sólo un recuerdo y toca mirar hacia delante tras pasar por la barrica del técnico blanquirrojo.

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