Crisis del Coronavirus

El confinamiento de Logroño redujo a la mitad su incidencia del COVID

Logroño vive desde este domingo una ‘nueva nueva normalidad’ tras un largo mes de severas restricciones a la movilidad y cierre de su hostelería. Ahora, justo treinta días después de la adopción de estas medidas, los resultados vuelven a constatar que la receta contra el virus funciona: a mayor distancia social, menor incidencia.

La curva de casos activos en la capital riojana no ha hecho sino descender desde que las ‘fronteras’ y los bares echaran el cierre el pasado 30 de octubre, pasando de los 896 de entonces a los 416 de este lunes, lo que representa una caída de un 53,57 por ciento.

Salvo los tímidos repuntes registrados en tres ocasiones (los días 3, 13 y 25 de noviembre), la tendencia de contagios ha sido constante a la baja, aunque todavía queda mucho camino por recorrer hasta recuperar la normalidad ‘a secas’ en Logroño.

De hecho, el último boletín epidemiológico de la Consejería de Salud sitúa la incidencia acumulada de la ciudad en 407,58 casos por cada cien mil habitantes a lo largo de las últimas dos semanas. Y aunque se encuentra por debajo del umbral de “riesgo extremo” (incidencia de 500 casos), que llegó a superar holgadamente durante semanas, los niveles de la ciudad se encuentran todavía muy lejos de la incidencia acumulada de 25 casos por cada cien mil habitantes que el Gobierno fijó como objetivo en el momento más crítico de la segunda ola.

En los hospitales también ha mejorado notablemente la situación durante el mes de confinamiento perimetral y cierre de la hostelería en la capital riojana. Aunque la presión asistencial desciende más lentamente que la curva de contagios, desde el pasado 30 de octubre el número de pacientes ingresados por COVID-19 ha caído un 20,4 por ciento, pasando de los 147 hospitalizados en el inicio del confinamiento a los 117 de este lunes.

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