Tras la deesescalada, el mercado de los jueves de Calahorra fue uno de los primeros en volver a la actividad. Con medidas de seguridad, con itinerarios de entrada y salida, con hidrogel, con el uso obligatorio de mascarillas cuando aún no era obligatorias… Cuando se pudo, se puso en marcha pero la situación de la pandemia en la ciudad en el mes de septiembre hizo que el ayuntamiento se replantease la idea y decidiese volver a cerrarlo.
Después de varias semanas sin que los comerciantes pudiesen llevar a cabo su actividad, este jueves volvía a ponerse en marcha el mercado, pero en una ubicación diferente. Dividido en dos zonas, los calagurritanos acudían por primera vez, al tradicional mercado de los jueves. Una parte podían visitarla en la calle Achútegui de Blas, la otra en el aparcamiento del Silo. “¡Toallas, las más suaves, no me pasen de largo señoras, que llevamos muchos días sin venir a Calahorra!”.
Los comerciantes agradecían el volver a poder ganarse el sustento y los usuarios el poder volver a hacer sus compras en los puestos habituales. Unos y otros tenían ya ganas de volver a las calles calagurritanas en el tradicional ‘jueves’. “Muchos preguntan por qué no hemos ido a la zona del ferial, pero es que allí corre siempre mucho aire y para nosotros eso es un impedimento”, comentaba uno de los vendedores. Además, ahora con la calle Velázquez en obras, “quitar toda esa zona de aparcamiento hubiese sido un error”, continuaba.
Pero como en todo, los pros y los contras, estaban servidos. Así, hay muchos que han notado el cambio. Los establecimientos hosteleros de la calle Grande veían cómo un jueves de mercadillo no se notaba en sus mesas. “Es una pena que se lo hayan llevado de aquí porque los jueves que había mercado era un día que se trabajaba muy bien”, explicaba uno de ellos.
Por otro lado los vecinos de la calle Cavas se mostraban aliviados. “Ahora hay quejas de los vecinos de la zona de Achútegui de Blas porque se ha quitado aparcamiento, ni más ni menos que lo que llevamos viviendo nosotros siempre. Es cuestión de amoldarse y saber que los miércoles por la noche no se puede aparcar en esa zona”, comentaba una de las vecinas de la céntrica calle de la ciudad.
Mientras, los comercios de la zona en la que se ha colocado el mercado se felicitaban por el cambio. “Sabemos que va a ser solo mientras dure todo esto, pero se nota mucho el ir y venir de la gente”, comentaba uno de ellos.
En definitiva, a unos les convence más la nueva ubicación que a otros, pero los comerciantes por fin pues volver a sacar sus productos a la calle y a ganarse la vida en uno de los mercados más atractivos para ellos.
