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La permanencia, objetivo de la SD Logroñés, “sin renunciar a nada”

Seis años después, la SD Logroñés afronta una nueva etapa en Segunda División B. Hace pocas semanas, los blanquirrojos superaron la Tercera División al eliminar al Arnedo (2-0) y al Varea (1-1, con mejor clasificación liguera) en el playoff exprés.

En medio de una pandemia mundial y sin saber todavía cuál será la fecha de la vuelta a la competición liguera, el club trabaja en diseñar su próxima temporada. Eduardo Guerra, su presidente, atiende a NueveCuatroUno: “Tenemos mucha alegría, porque llevábamos seis años buscándolo, pero el tema del coronavirus abre muchas dudas”.

La plantilla celebra el ascenso sobre el césped del Municipal de Las Gaunas/ Foto: SD Logroñés

¿Cuándo empezará la competición? ¿Habrá público en las gradas? ¿Cuál será el formato de la categoría? ¿Cómo se organiza el presupuesto? Las preguntas se suceden, aunque la primera e ellas es la prioritaria en estos momentos, ya que condiciona a todas las demás.

Por el camino, quedan frentes como la renovación del técnico que ha devuelto al bronce al equipo, Albert Aguilá, que se da por hecha aunque no es aún oficial: “Está de vacaciones y es casi seguro que lleguemos a un acuerdo cuando vuelva”. También cobra importancia el mercado de fichajes y Guerra reconoce dificultades: “Muchos equipos llevan haciendo su plantilla desde hace un par de meses. No es fácil”. Actualmente, el bloque está compuesto por quince futbolistas hasta la fecha: los renovados Emilio, Lacruz, Borja Aizpún, Javito, Chacón, Achi, Ledo e Imanol; y las llegadas de César Caneda, Iker Rodellar, Cordovín, Pirri, Marcos García y Xavi Puerto, anunciado este mismo domingo.

El nuevo formato de la categoría (102 equipos, al menos por ahora; diez subgrupos, una primera fase de solamente dieciocho jornadas y la creación de la Segunda División B ‘Pro’) deben todavía confirmarse por la Federación Española. En caso de aprobarse, la segunda parte de la competición abriría tres liguillas (ascenso a Segunda, ascenso a la Pro y permanencia). En definitiva, si el coronavirus lo permite, se avecina una campaña sin margen de error: “Va a ser una liga muy complicada y muy intensa. Nosotros no descartamos ningún objetivo, aunque el principal es mantenernos”, explica el dirigente blanquirrojo.

Eduardo Guerra, presidente de la SD Logroñés.

El aspecto económico amenaza a las entidades modestas por partida doble. Por un lado, las consecuencias ya derivadas de la COVID-19. Y por otro, las que pueden venir derivadas de suspensiones o la merma del público en las gradas: “Si jugamos todos contra todos, es posible que salgan casos de COVID. Hay que ver si paran la competición o no, si la actuación es como si fuera una lesión … de lo contrario, si cada vez que hay un positivo se para, puede ser impresionante”. En ese sentido, expresa sus dudas acerca de los test: “Una analítica no te asegura al cien por cien que no lo hayas cogido”.

El panorama es complicado, puesto que los clubes pequeños no pueden afrontar el coste de las pruebas, ni tampoco asegurar el control del virus. Si bien buena parte de jugadores de Segunda B son profesionales, ese no es el caso de un club recién ascendido. El fútbol se junta con la vida laboral y el control de la pandemia se dificulta. Además, también resulta difícil realizar un cálculo del presupuesto: “No sabemos cuánto vamos a ingresar de nuestros socios, cuáles serán las subvenciones públicas…”.

El aspecto social

Los aficionados son una parte importante del fútbol y mucho más en un club de accionariado popular: “No tenemos televisión y dependemos del público para los ingresos. Sin ellos les falta chispa al fútbol, la presión, no tiene nada que ver, pero eso no depende de nosotros”. De hecho, el club todavía no sabe en qué campo jugará durante la próxima temporada: “Solicitamos el Mundial 82 de hierba natural, pero todavía no ha habido respuesta oficial”.

En ese sentido, el directivo profundiza sobre el límite del millar de espectadores: “Depende de la capacidad del recinto y la evolución de la pandemia. Si son mil en un campo donde caben 500…”.  En ese sentido, pide que se concreten las condiciones de seguridad (COVID y normal), así como la habilitación (o no) de una grada adicional para las aficiones visitantes. “Va a ser la temporada de las incógnitas”, bromea Guerra.

Por todo ello, el club quiere esperar para sacar la campaña de abonados: “No sabemos el número de partidos que va a haber y necesitamos saberlo para fijar los precios. Esas mismas dudas planean en las fechas previas a la celebración de la asamblea (señalada para el día 29) en la que la directiva debe dar respuestas a las cuestiones organizativas que están en su mano. Para despejar las otras incógnitas de la temporada no queda otra que esperar.

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