El proyecto de «desescalada rural» que este viernes ha expuesto la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, centrado en un modelo de salud comunitario ha sido recibido como una «buena iniciativa» por parte de los consistorios presentes en la reunión. En dicho encuentro, tal como describe el alcalde de Alcanadre, Pedro Aranda, «no ha habido partidos sino unidad para poder atender a las necesidades y demandas de los diferentes pueblos».
A las puertas del verano, la mayoría de municipios muestra cierta «preocupación» ante el transcurso de una nueva temporada. «Confiamos en la responsabilidad de la ciudadanía que venga de fuera a pasar el verano a nuestros pueblos, pero hemos pedido que se refuercen esas campañas de concienciación y reformación para evitar comportamientos imprudentes», señala Aranda.
Por su parte, la alcaldesa de la localidad camerana de San Román, Pilar Cristóbal, resalta el riesgo de los pueblos con una población mayormente envejecida como es el suyo. «La salud de nuestros mayores es lo primero y no todo el mundo que acude está igual de concienciado con la situación porque piensan que por venir al pueblo pueden hacer lo que quieran y sin normas. Realmente, aquí se relajan», asegura la alcaldesa.
Un «verano rural» temido por muchos alcaldes, sobre todo, en lo referido a las piscinas municipales. «Tenemos miedo a abrirlas porque no sé si se cumplirán las medidas de seguridad además de que es difícil de controlarlas. Solo queremos que la gente actúe con sensatez y respeto», reseña Cristóblal. Desde Canales de la Sierra, José Luis Vicario siente una «tremenda preocupación» ante el desarrollo de los acontecimientos de cara a la temporada estival: «Es muy complicado controlar esta situación en los pueblos. ¿Cómo vas a medir el aforo en la plaza del pueblo o mantener la distancia de seguridad?».
La incertidumbre es el sentimiento más generalizado y l amayoría de alcaldes solo esperan poner en práctica este proyecto piloto. Habrá que esperar a principios de junio, tal como ha indicado la presidenta Andreu, para conocer los doce comités con figuras del ámbito sanitario, la administración local, servicios sociales y del tejido social y económico del propio municipio que representarán a las doce zonas sanitarias de la región. Ellos se encargarán de observar la evolución de la pandemia en las zonas rurales. Una forma de ofrecer «nuevas oportunidades al medio rural», tal como ha destacado la directora de Desarrollo Rural, Nuria Bazo.
¿Virus y repoblación?
El alcalde de Medrano, Jesús Manuel Pérez, resalta la importancia de estos comités de desescalada para «trabajar de forma conjunta en este nuevo modelo de salud», con «buenas sensaciones aunque a la espera de llevarlos a la práctica». Por su parte, desde el Ayuntamiento de Ocón, aunque respaldan y aplauden la nueva iniciativa, se muestran escépticos respecto a la idea de que esta epidemia pueda suponer una oportunidad para frenar la despoblación rural: «Cuando esta situación termine, la gente regresará a sus ciudades y el pueblo volverá a estar vacío».
Su alcalde, Ernesto Viguera, incide en que los pueblos no pueden ser considerados como «refugios ante el virus» y también apela a la responsabilidad individual. Asimismo, la alcaldesa de San Román de Cameros coincide con esta postura: «No sirve con venir el fin de semana, lo que hace falta es empadronarse en un municipio para evitar que desaparezca. En concreto, parece que la epidemia ha animado a muchos a trasladarse a los entornos rurales y ya tenemos nueve correos de personas interesadas en venirse a vivir aquí, aunque las posibilidades de trabajo son complicadas».
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