La Rioja

Los pastores riojanos, tranquilos por una campaña del esquileo “asegurada”

De las tradicionales tijeras y su costosa labor, a la pequeña máquina con un pequeño motor donde uno presionaba el botón mientras otro esquilaba la oveja que se mantenía atada. “¡Qué malos días pasábamos antes…!”. Ahora ni un método ni otro, y la oveja sin atar. “Estas cuadrillas que vienen de Uruguay son rapidísimas, cogen la esquiladora eléctrica y sin parar. En una mañana se ventilan las 750 ovejas que tengo y recogen la lana. Es un avance abismal”.

José María Antón, natural de Igea y ganadero desde joven, lleva un par de años recibiendo a estos trabajadores en su corral de Villarroya y este año, a pesar de las circunstancias, no va a ser diferente, aunque sí se produzca cierto retraso. “Quienes organizan el vuelo desde Uruguay a España ya nos han confirmado que el 13 de mayo llegan los 250 trabajadores que permanecerán en España hasta el 18 de julio y cuyo vuelo, por problemas burocráticos ocasionados por la epidemia, se ha retrasado”, explica.

Aunque algunas zonas de La Rioja Baja ya han comenzado con la labor de mano de esquiladores autóctonos, los pastores que contratan los servicios de extranjeros días antes ya saboreaban la “incertidumbre” a la espera de conocer cómo se iba a desarrollar esta tarea. Es el caso de Antón, quien ya respira tranquilo a pesar de que sus ovejas tendrán que portar la lana durante unas semanas de más: “Solemos esquilar a principios de junio, aunque esta temporada habrá que esperar un poco porque primero van a atender a las regiones donde hay más retrasos, sobre todo en las del sur, pero el esquileo está asegurado”.

En estas zonas, las altas temperaturas marcan los lugares prioritarios donde actuar. El ganadero riojano Gabriel Esteban se encuentra a día de hoy en Extremadura durante el periodo de trashumancia. “Este año me ha tocado esquilar las ovejas a mí porque solía bajar una cuadrilla de Lardero a hacerlo, pero con esta situación es complicado y ya llevamos tres semanas de retraso. También busqué a trabajadores por esta zona, pero tienen mucho trabajo y no dan abasto”, explica.

Gabriel Esteban esquilando a sus ovejas en Extremadura.

La campaña del esquileo, que transcurre entre marzo y julio, supone además una práctica necesaria de cara a la prevención de enfermedades en el ganado que pueden transmitirse después a los humanos. La sarna o la dermatofitosis son algunas de ellas, aunque Esteban asegura que es “un riesgo casi improbable”: “Con las altas temperaturas y sin la lana esquilada lo que puede ocurrir es que el ganado pierda las ganas de comer o tenga ciertas infecciones, pero no va a suceder nada porque se retrase un mes la labor”.

Esquiladores riojanos, especie en extinción

La falta de mano de obra suficiente para cubrir toda la demanda es evidente, y para las empresas nacionales esta ausencia de competencia extranjera les está resultando incluso beneficiosa. César Luis Clavijo es un de los escasos esquiladores autóctonos de La Rioja que, junto a otros dos compañeros, se recorre la región y las provincias limítrofes cada año. Con su trabajo quiere evitar que esta profesión se convierta solo en el “negocio de unas empresas que traen trabajadores de fuera del país a quienes les pagan poco y con cuyos precios es difícil competir”.

Estos riojanos llevan desde el pasado 14 de abril con la esquiladora eléctrica en mano, concretamente con Alfaro como localidad de apertura de la campaña. Esta semana les ha tocado Huércanos y, poco a poco, se van acercando a las cabañas de ganado de la sierra de Cameros y las Siete Villas. “Esquilamos cerca del 80 por ciento de las ovejas de La Rioja y este año aún hemos tenido más clientes que han llamado porque están viendo que esas cuadrillas extranjeras se van a retrasar varias semanas”, apunta Clavijo.

Archivo UPA.

Otra de las técnicas característica entre los ganaderos de las Siete Villas son los “trabajos de buena vecindad”, tal como explica el técnico de la organización agraria UPA, Roberto Rincón: “Son pastores de la propia zona que van esquilándose unos a otros, algo bastante extendido entre estos pueblos”. En concreto, hace unos años UPA organizó un curso de esquileo para acceder a esta técnica más sencilla y rápida y extender así mismo esta tradicional tarea entre los jóvenes ganaderos.

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