Crisis del Coronavirus

Nacer en tiempos de coronavirus: sin besos, pero con mucho amor

En estos días tan extraños en los que la línea entre la vida y la muerte es tan delgada, vemos cómo nuestros mayores se apagan sin consuelo. Sin despedida ni besos en algunos casos. También llegan sin besos los pequeños que nacen, con bienvenidas a través de internet y achuchones deseados que se guardan para cuando acabe el confinamiento.

Mari Carmen y Álex esperaban a su bebé para el 16 de abril. La idea era provocar para ese día una cesárea, pues Adriana se había empeñado tener su cabecita cerca del corazón de su madre y no donde la debía tener.

El protocolo marca que antes del segundo test basal se haga a la madre una prueba de COVID-19. Mari Carmen dio positivo (no es la única madre que lo ha hecho estos últimos días, empieza a ser corriente en el Hospital San Pedro). Eso provocó que Álex también tuviese que someterse a la prueba. También positivo. Entonces comenzaron todas las dudas, todas las incertidumbres… Buscaron a una tercera persona que se pudiese hacer cargo de la pequeña tras su salida del hospital. La madre de Mari Carmen no resultó contagiada y en un principio todo apuntaba a que fuese ella la que se hiciese cargo de la recién nacida.

El pasado martes Mari Carmen se sometió a la cesárea: “Es increíble cómo se trabaja en el San Pedro, a los pobres no se les ve más que un poquito de cara, pero todo es dulzura y amabilidad”. Una vez nació Adriana les dejaron estar unas horas juntos. “Sin ningún contacto con el bebé, pero al menos la podíamos ver”, cuenta Mari Carmen. Después, a la madre se la llevaron a una de las plantas COVID-19 y entonces todo cambió. Desde el hospital se decidió que Álex al día siguiente se podía ir con la pequeña a casa, después de hacerle todos los estudios pertinentes y también tres pruebas COVID-19 y con todas las medidas de seguridad. “La primera dio positivo y las otras dos negativo; nos dijeron que la primera podía ser dudosa y con las dos siguientes confirmaron que la niña no tenía la enfermedad”.

“Pensábamos que la niña se iría con la abuela materna, pero al final se decidió que viniese a casa con su padre”, cuentan. “Nos explicaron que los bebés, en caso de contagiarse, están teniendo la enfermedad sin ningún tipo de síntoma y que eran más los beneficiados de estar en casa”, comentan.

En un principio, a los tres días Mari Carmen debería haber bajado con su hija a casa, pero el jueves quisieron hacerle una placa a la madre, a pesar de no tener síntomas. “Tenía una infiltración en el pulmón y me pusieron tratamiento para COVID-19, aunque la realidad es que aún no he tenido un solo síntoma”, comenta Mari Carmen, que el domingo vio después de seis días de nuevo a su pequeña ya en su casa.

“La verdad es que para evitar mucho contacto no le estamos haciendo mucho caso a la pequeña”, dice medio en broma. “Aún no le hemos dado ni un beso, solo cambio de pañales y el pecho, con el que no he tenido problemas a pesar de la medicación”, cuenta. “Nos dijeron que era importante porque yo seguramente al tener la enfermedad pueda estar creando anticuerpos que pasarán en la leche a la pequeña”, dice.

Mimos pospuestos

La vuelta a casa no está siendo fácil. “Es la primera nieta por ambas partes y los abuelos están deseando achucharla, pero todos sabemos que lo mejor es no vernos hasta que no pase todo esto”, comenta Alex. Las videollamadas atenúan la distancia pero a veces no son suficientes.

Mari Carmen quiere con su experiencia tranquilizar a todas las mamás que están a punto de dar a luz estos días: “No hay que dudar ni un mínimo en la profesionalidad de la gente del San Pedro y el cariño con el que te tratan en estos momentos, que saben que son tan complicados”.

La vida continúa a pesar de la pandemia que sufrimos y los niños siguen viniendo al mundo. Un mundo diferente al que conocíamos hasta ahora. Un mundo sin besos ni achuchones de abuelos, sin visitas, sin regalos, sin todo lo que conlleva un nacimiento… Bueno, sin todo no; el amor con el que ha llegado Adriana es el mismo con el que llega cualquier niño al mundo.

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