Crisis del Coronavirus

Día 28. Momento de vacaciones

Diario de un ‘profe en cuarentena’

“A fin de cuentas el trabajo es todavía el mejor medio de pasar nuestra vida“.

Gustave Flaubert

Un mes hará este viernes del cierre de nuestras aulas. Todavía tengo la imagen grabada de mis manos clausurando, incrédulo todavía, la vieja y carcomida puerta azul de 3º. Llega ahora el momento de vacaciones y, sin ánimo de ofender a nadie, creo que llega en mal momento.

Cada curso, el periodo de asueto que más espero -o que más necesito- no es el estival, sino éste, que, recién llegada la primavera, nos aporta savia nueva a los docentes, tras un largo -y más este curso- y agotador segundo trimestre.

Lo reconozco: viajar es mi vicio, mi adicción. Todo perfectamente preparado (estaba): vuelo para este jueves, hotel, itinerarios, entradas sacadas para evitar aglomeraciones, restaurantes fichados… Vamos, como todo el mundo en estas fechas.

Tenía muchas ganas pero, ahora mismo, ni me acuerdo del viaje ni lo echo de menos (tiempo habrá). Tras tener que reinventarnos, justo cuando los alumnos y sus familias ya se habían acostumbrado a la nueva rutina, cuando mejor estábamos todos trabajando… ¡once días de parón! Vacaciones, tan merecidas y necesarias, como inoportunas.

Seguro que en junio después se estira el curso (“las fechas lectivas puede que se alarguen unos días” Cacho este fin de semana dixit-) pero nadie se cuestiona ahora la idoneidad de este pausa para toda la comunidad educativa. ¿Realmente son días de descanso? ¿En casa, confinados? ¿O son vacaciones perdidas? ¿Es positiva una desconexión radical en estas circunstancias para las familias? Cada día son más las preguntas que me hago (será cosa de las canas).

Quizás tenga razón Flaubert y, a fin de cuentas, los días de trabajo sean el mejor medio de pasar esta cuarentena. Quizás lo que esconde este post es sencillamente mi miedo a mirarle a los ojos, a enfrentarme a ella.

Subir