Crisis del Coronavirus

Día 8: Emitiendo en 3, 2, 1…

Foto: Dailyinvention

Diario de un profe ‘en cuarentena’

“Creo que la televisión es muy educativa. Cuando alguien la enciende me voy a leer un libro”. Groucho Marx

Vivo en analógico. Nací en el año que aquella Telefunken de la casa del pueblo emitía la llegada de Armstrong a la Luna. Nunca he sido yo amante de la informática. Pero hoy ¡voy a emitir mi primera clase de Lengua por internet!

18 de marzo, 08:55. Todo preparado. Enciendo mi equipo, cuya fría pantalla hará las funciones de la verde pizarra de mi aula. Abro el archivo que proyectaré y me servirá como guion. Entro en la “sala”: una url compuesta por una ilegible sucesión de letras que parece interminable le sirve a mi computadora para introducirme en mi nuevo espacio virtual. Lleno mi taza con el segundo café de la mañana. Y, mientras conecto el micro y los cascos, veo que empiezan a llegar. Luis, Héctor, Mónica, Maite… así hasta diecisiete. Cuando es la hora, en punto, habilito el micro. “¡Buenos días!”… y surge la magia.

Como en un abrir y cerrar de sesión, se me pasa la hora volando. De forma casi inexplicable, en equipo hemos sido capaces de repasar el Complemento Predicativo (sic) durante 60 minutos, con toda la normalidad. Respetando los turnos de palabra (micro on/off, ¡bendita maravilla!), participando en orden. Como sobraba tiempo, de regalo –porque les encantan-, unos kahoots para el viernes.

Se nota que estos de la ESO son nativos digitales. Y yo, aún con el portatizas en la mano, me siento inmigrante -pero a la vez muy cómodo- en este mundo suyo.

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– Día 7: el lado bueno.

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