Crisis del Coronavirus

Quiao Li: “Nadie se fiaba de nosotros, lo estábamos advirtiendo”

A muchos les choca ver los comercios chinos cerrados. Esos que están abiertos hasta el día de Nochebuena a las once de la noche. La responsabilidad es la medida que ha determinado tomar la comunidad china ante la presencia del coronavirus en España. Quiao Li llegó hace diez días de China a España. Desde entonces se encuentra en cuarentena voluntaria en su huerto. Ella y tres personas más. Están bien. Sus familiares les llevan comida, la dejan en la puerta y ellas la recogen. “Hemos visto casos muy graves”, dice ella, que ha estado en China los dos últimos meses.

“Todo el mundo pensaba que los chinos éramos unos exagerados, pero no hay otra manera de contener el virus que quedarse en casa, por eso nuestros comercios están cerrados desde hace días”, explica. Quieren ser responsables con el país que les ha acogido.

“Allí las cosas han sido muy complicadas. Todo estaba cerrado y sólo podías acceder con tarjeta a determinados lugares con mediciones de temperatura y con mascarilla, por supuesto. Si veía la policía a alguien sin mascarilla, podía suponer tres días de cárcel y así se han ido consiguiendo reducir los fallecimientos”, comenta. Está preocupada por la situación española. “Allí prácticamente no ha habido niños contagiados y aquí sí está habiendo. Es algo que nos preocupa bastante”, añade.

“No hay vacuna y no hay cura. La única solución para no propagar el virus es quedarse en casa y sólo salir a lo estrictamente necesario. Nadie se fiaba de nosotros y lo estábamos advirtiendo”, repite una y otra vez. Ahora es el momento de que la comunidad china ayude a sus “hermanos” españoles, piensa Quiao Li. “La comunidad china está dispuesta a ayudar con lo que sea, con mascarillas incluso con dinero si hace falta para los hospitales, llevamos media vida aquí y queremos ayudar en todo lo que podamos”.

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