La Rioja

“La probabilidad de recibir un órgano es menor cuanto más joven seas”

La realidad del modelo español de donación y trasplante es una realidad plagada de éxitos y de buenas noticias. España es el país con la tasa más alta en esta rúbrica, pero la pregunta que los profesionales se siguen haciendo es: ¿esto es suficiente? Y la respuesta es: no.

Fernando Martínez Soba, coordinador de trasplantes en La Rioja, confirma que “se nos muere entre un diez y un quince por ciento de los pacientes que esperan un órgano vital (corazón, pulmón e hígado). Al año se hacen casi cinco mil trasplantes, pero aún alcanzando esta cifra, sigue aumentando la lista de espera”.

Pese a haber lleva a cabo el pasado año “más trasplantes que nunca en la historia, se siguen necesitando órganos. No podemos relajarnos. No podemos quedarnos con la realidad de que somos un país lleno se éxitos, tenemos que ser conscientes de que todavía hay un quince por ciento de pacientes que fallecen esperando”.

Para hacer trasplante de órganos se busca siempre identidad de grupo, es decir, “que el donante y el receptor tengan el mismo grupo”. En el renal, en concreto, lo que se exige es que haya cierta compatibilidad inmunológica, la máxima, “nos tenemos que parecer inmunológicamente para que no nos encontremos con un rechazo”.

Este último caso, el del rechazo, existe siempre. “El trasplante es un procedimiento contra natura, porque implantar un órgano a una persona que no es exactamente como tú, conlleva que el sistema inmunitario lo rechace, por lo que es necesario que haya un tratamiento inmunosupresor anterior para que no se produzca un ataque a las células al identificar el órgano como extraño”.

Pasos para hacer un trasplante

Todo comienza con la visita al profesional de turno: cardiólogo, nefrólogo, hematólogos… y serán ellos los que decidan si se valora la posibilidad de un trasplante, todo dependiendo de la situación del paciente, de sus enfermedades, edad y antecedentes.

Tras esta primera valoración y pasando por las manos del coordinador de trasplantes, Fernando Martínez, el caso se ponen en conocimiento del Hospital de Cruces o el de Valdecilla, “con los que tenemos firmado un programa colaborativo”. Una vez allí, ellos deciden si se incluye o no en lista de espera, es decir, “nosotros levantamos la mano, advertimos, y ellos actúan”.

Con el fin de garantizar los principios de igualdad y equidad, los criterios para ser metidos en lista de espera son los mismos en todos los equipos, y se llevan a cabo teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales: aspectos territoriales y aspectos clínicos.

Los primeros permiten que los órganos generados en una determinada área puedan trasplantarse en esa misma zona, disminuyendo así al máximo el tiempo de isquemia (que es el tiempo máximo que puede transcurrir entre la obtención del órgano y su implante en el receptor).

En los criterios clínicos se contemplan la compatibilidad donante/receptor y la gravedad del paciente. Existe un criterio clínico que está por encima de los territoriales, la ‘urgencia 0’. Un paciente en esta situación tiene prioridad absoluta en todo el territorio nacional, ya que necesita ser trasplantado las primeras 48 horas, por lo que “el primer órgano que se genere en España que sea idéntico de grupo, da igual que sea en Canarias o Galicia, viaja para él”.

Aunque los programas de trasplantes son de cada hospital, el intercambio de órganos que hay entre comunidades permite hacer un 25 por ciento de trasplantes que se hacen al año en España, lo que significa uno de cada cuatro.

La edad también es muy importante a la hora de realizar un trasplante. “Aquí sí que hay un problema. Cada vez, en España, los donantes son más mayores, es más, la media de edad de los donantes supera los 60 años. La probabilidad de recibir un órgano es menor cuanto más joven seas. No podemos ponerle a un receptor de 20 años un riñón de un donante de 60. Esto condicionaría la supervivencia del órgano”.

Listas de espera

Este es un concepto que trae a la ciudadanía de cabeza. Quién no ha escuchado alguna vez decir: “las listas de esperas son tremendas, llevamos esperando más de un año”. Pero en el caso de los trasplantes, esta lista es totalmente diferente a la de los procedimientos quirúrgicos convencionales.

“Este es un recurso muy fino que hay que saber administrar y gestionar”, detalla Martínez Soba. “No hay para todos, así que hay que priorizar muy mucho”. En el caso de los trasplantes no importa tanto el tiempo como la compatibilidad.

“Si hay dos personas esperando un trasplante, idénticos al donante, claro que se interviene al que más tiempo lleve, pero si llevas un año y otra persona un mes y encontramos un órgano compatible con el del mes, será él el elegido. No solo se trata de salvar vidas, sino de mejorar la calidad de vida”.

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