La Rioja

Hospitaleros Sin Fronteras: vuelta a Senegal “desbordados” de humanidad

Celestino Alonso y Alicia Garrido regresan a Senegal “desbordados” de humanidad

Material escolar, equipo médico, ropa, calzado y dinero. Pero, sobre todo, ilusión. Todo listo para emprender un nuevo viaje con alma solidaria. “Este año estamos desbordados, tenemos un montón de equipaje que llevar, pero va a llegar todo”, asegura emocionado Celestino Alonso. Junto a su mujer, Alicia Garrido, el matrimonio ya tiene listos los billetes que les llevarán de vuelta a Senegal del 4 al 21 de febrero para repartir, de nuevo, humanidad entre los más vulnerables.

Como ya relataban a NueveCuatroUno estos riojanos hospitaleros del albergue de peregrinos de Navarrete ‘El Cántaro’, su labor se vincula a la iniciativa solidaria promovida por la ONG Hospitaleros Sin Fronteras. Gracias a ella, la aldea senegalesa de M’Bour dispone de un centro médico y una escuela para los cerca de cien niños talibeses abandonados que residen en ella. “Una vez que vas allá sientes como un imán que te obliga a volver, porque allí no encuentras más que hospitalidad, bondad y amabilidad”, destaca Alonso.

El pueblo de Navarrete en su conjunto se ha vuelto a volcar. “Con la semana solidaria organizada por el Ayuntamiento en mayo se recaudaron 2.800 euros, sumado a la cantidad que se sacó de otras actividades organizadas durante las Navidades. Luego también han donado ropa y calzado de Arnedo, mientras que nosotros realizamos unas huchas de barro para el albergue donde los peregrinos iban depositando su donativo”, apunta Alonso.

Y así es como nuevos integrantes se han unido a esta aventura: “Este año viajan con nosotros tres chicas de Barcelona peregrinas que, de paso por el albergue, se interesaron por la iniciativa y decidieron participar”. A ellas se les suman los cerca de quince integrantes de la ONG que viajan de toda España al continente africano, donde se incluyen médicos, profesores y voluntarios en general.

“Cuando llegamos hace un año tan solo tenían una caja de zapatos aun no llena de medicamentos. Nosotros les llevamos 150 kilos de medicinas y setecientos euros para vacunas”, relata Alonso. Ahora la aldea ya dispone de unas instalaciones óptimas, “pero falta terminar las dos daaras, las casas donde se encuentran los menores, con todas las condiciones de baños y duchas, así como mantener en funcionamiento la escuela y que sigan recibiendo un servicio médico”, tarea de la que se encargan tres chicos españoles que residen allá.

El matrimonio asegura que seguirán participando en estos viajes solidarios “hasta que las fuerzas aguanten”. “Luego serán los hijos quienes sigan porque ya les pica algo el gusanillo y el pueblo siempre se vuelca cien por cien con nosotros”, añaden. Lo que sí resalta es que “allí siempre hace falta trabajo y toda ayuda es bienvenida porque del Estado no reciben nada”. A la espera de emprender un nuevo viaje, ambos apuran los últimos preparativos para que nada se quede en tierra.

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