Fue uno de los grandes azotes de la clase política en los años más difíciles de la crisis económica. Sin desprenderse de su hábito, Sor Lucía no se mordía la lengua a la hora de señalar a los responsables de las desigualdades en nuestro país y alguna que otra vez también se posicionó como ferviente culé cuando le preguntaba sobre el fútbol.
Lo que no había trascendido hasta el momento es que la popular religiosa argentina tenía un pequeño refugio: Ábalos. Esta pequeña localidad ha celebrado este sábado su vigesimosegunda edición de las Jornadas de Puertas Abiertas, donde Sor Lucía se ha convertido en uno de los grandes atractivos ‘sorpresa’.
“Tengo una hermana de comunidad que tiene bodega y cuando necesito descansar vengo aquí”, confiesa a NueveCuatroUno, subrayando que ha querido volver a Ábalos para ” dar apoyo a la gente de Benín, a darle una dimensión de solidaridad” a un evento organizado por las mujeres de la localidad para mostrarle al mundo la grandeza de sus gentes, sus bodegas y, por supuesto, sus vinos.
Sor Lucía admite que tiene “muy poca cultura alcohólica” porque “me tomo el segundo y se me sube a la cabeza”. Aun así, ha catado un Solana de Ramírez y un Peña La Rosa. Cosa divina. “El buen vino nos ayuda a animar la fiesta, pero no tenemos que olvidarnos de que hay otros que no pueden celebrar tanto la vida y es bueno que facilitemos que puedan hacerlo”, señala.
La monja más popular de España se confiesa “impresionada por la capacidad de movilización y de hacer piña por su municipio” de las mujeres de Ábalos. Y se ha sumado como una más a divulgar la actividad de ‘El charquito’, entidad que “lleva muchos años trabajando en Benín, haciendo una labor de promoción humana y construyendo pozos de agua, además de trabajar en educación, salud y promoción de la mujer”.
Dos son las cuestiones que no podíamos dejar escapar ante este inesperado encuentro: el por qué de su ausencia en el ‘prime-time’ y un pequeño análisis de la situación política en España. Respecto al primer asunto, Sor Lucía explica que “la Fundación y el trabajo que realiza me quita mucho tiempo y por eso ha bajado mi presencia en televisión; estos últimos años he estado más presente con la gente de Open Arms y me va bien”.
Resuelto el misterio, llega el turno de tertulia, en el que la religiosa se confiesa “preocupada”, y no solo por la situación de interinidad en el Gobierno. “Llevamos tiempo comprobando que los políticos no son capaces de ponerse de acuerdo y que pesa más el color político que la realidad de la gente”, sentencia. Menos mal que nos queda el vino.
