La Rioja

“Queremos rememorar unas tradiciones y hacerlo de forma fiel”

El Molino de Ocón será el protagonista en su gran día, el 11 de agosto, de la Fiesta de la Molienda. Esta XV edición mantiene el propósito por el que un día comenzó: enseñar al público, sobre todo, a los jóvenes, cómo eran las labores del campo y del molino en su tierra antes de la irrupción de las máquinas en el sector agrario. Unas tradiciones que, como ha explicado Félix Ruiz, agente de desarrollo local, “dan sentido a un modo de vida: el medio rural riojano”.

“Ocón no se caracteriza por tener mucho viñedo, sino, más bien, por cultivos como el olivo y el cereal y como en muchos otros pueblos de La Rioja, las tareas de siega hasta no hace muchos años se han realizado de manera manual”, explica. Así, se podrán aprender las labores de siega con hoz o la trilla, “romper las espigas para separar el grano de la paja”, entre otras. Además, con este acto se quiere conmemorar al propio molino de viento, “que en los siglos XIII y XIV dejó de funcionar y que hasta entonces sirvió para que los labriegos de la zona llevarán su cereal y fuera molido y convertido en harina”.

La esencia del acto, declarado de Interés Turístico Regional en 2012 , sigue intacta, según ha indicado Ruiz . “Ha variado en participación, tanto de público, ya que cada edición aumenta el número de visitantes, como de colaboradores dentro de la fiesta en la Sociedad para el Desarrollo del Valle de Ocón. Se han ido sumando todas las asociaciones de los seis pueblos que conforman el municipio, y a nivel de vecinos, la implicación es cada vez mayor: el primer año había 25 personas implicadas; ahora, más de doscientas”.

Doscientas personas que lucirán trajes ambientados en la época de actividad del molino y que muchas de las vecinas se confeccionan con sus propias manos. “Las mujeres tienen una tradición costurera más arraigada y se preparan sus faldas, a las que añaden delantales, blusas con volantes y broches, así es todo más rural y más cercano a lo que realmente era, que es lo que se pretende. Queremos ponerlo en valor, no solo generar una fiesta de interés turístico, sino rememorar unas tradiciones y hacerlo de forma fiel”.

Alrededor del Molino

Si bien la recreación es el acto principal, alrededor del Molino se han organizado otras actividades paralelas como las visitas al molino de viento -“símbolo de este día”- y una gran variedad de degustaciones a cargo de las asociaciones de los pueblos. “Así, labriegos y visitantes puedan llenar la tripa con pequeñas tapas tradicionales de La Rioja: migas, champiñones, chorizo asado, setas o cordero”, enumera.

“Y como es habitual en estos actos también se organizará un mercado artesano de productos riojanos, en su mayoría agroalimentarios como quesos, aceites o repostería, aunque también se podrán encontrar textiles”, ha añadido Ruiz.

La Fiesta de la Molienda, como ha explicado el trabajador, desde que recibió la etiqueta de interés turístico ha conseguido congregar alrededor de 2.000 y 2.500 visitantes. “La cifra depende mucho de la climatología: el año pasado hubo una ola de calor y descendió un poco el público. Este año, las temperaturas prometen ser suaves y creo que va ser perfecto para que la gente venga a pasar el día al Molino”.

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