El astro

El viento casi arranca de cuajo los telesillas de Valdezcaray

Cuando ocurre un accidente, todas las miradas apuntan a los posibles responsables de una negligencia. En cambio, cuando las cosas están bien hechas y más piropos se merecen los profesionales, tendemos a agradecer la buena suerte ante las condiciones adversas.

No va a ser este el caso. Vaya desde aquí nuestra admiración a esos técnicos anónimos que han fijado los telesillas de Valdezcaray de tal forma que ni el viento huracanado que ha soplado este miércoles ha sido capaz de tumbar. Y eso que Eolo se ha desfondado con sus soplidos, con rachas de hasta 133 kilómetros por hora que solo han superado en toda España las de la estación de La Covatilla, en Salamanca.

Si alguien cree que estamos cayendo en cierto amarillismo, que lo compruebe con sus propios ojos. Así ha registrado la cámara de un vecino de Ezcaray uno de esos rachones que han puesto en apuros a los telesillos de la estación riojana de esquí.

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