El embalse El Villar, en la localidad de Tricio, ya no luce como antes: gran parte de su arbolado (chopos) han pasado a la historia. ¿La razón? “Nos ha obligado Medio Natural a tener que vallarlo y eso ha implicado que arranquemos los árboles, tal como nos han indicado, y también las raíces porque podían ocasionar fugas en el embalse”, explica Jesús Martínez, presidente de la Comunidad de Regantes de Tricio, a quien pertenece dicha instalación.
Según apunta a NueveCuatroUno, la acción se había solicitado desde Medio Natural desde el año pasado y finalmente, desde hace quince días, ha empezado a ejecutarse. “Según lo previsto, ya se han quitado los árboles y las raíces y la idea es que entre esta próxima semana y la siguiente se pondrá el cercado”.
Estado que presentaba el embalse antes de las obras, con arboleda alrededor.
“El vallado se lleva a cabo por motivos de seguridad, tal como nos requiere la Consejería”, precisa Jesús Martínez. “El tema de la seguridad es importante -tanto para evitar la entrada de animales como de personas-, qué duda cabe, pero también el impacto ambiental que va a significar el arranque de los árboles y la creación de un vallado. Verlo así va a ser impactante”, anuncia con cierta pesadumbre y deja un pensamiento en voz alta: “La verdad es que para algunas cosas somos muy ecologistas y para otras…”.
No en vano, de toda la arboleda que rodeaba el embalse, tan solo han quedado en pie “unas mimbreras que han sido consideradas como árboles autóctonos y nos han dicho que los respetemos. Yo creo que a veces no hay mucho sentido común…”, aclara el presidente de los regantes.
Estampa del embalse antes del arranque de los árboles.
Ahora la duda es la reacción popular. ¿Cómo lo ha tomado Tricio? Vecinos y allegados del municipio no salen de su asombro ante lo sucedido. “A algunos no nos ha gustado…”, añade.
Este embalse, que cuenta con más de cincuenta años de historia y hasta 2003 fue durante unos años coto intensivo de pesca, sirve para regar algo más de un tercio de los cultivos de Tricio y es propiedad de la Comunidad de Regantes. Estos han tenido que asumir el 50% de la obra (la otra mitad corre a cargo de Agricultura), cuyo montante total asciende a 60.000 euros.
