A ti, madre del infrafútbol: vaya por delante este reportaje, a modo de sencillo reconocimiento y homenaje por esas rodillas que acabaron en su día irritadas, a esos hombros doloridos por un mal gesto, a esas manos secas por el contacto directo y continuado con el barro, a esos lumbares en jirones al resolver la colada domingo tras domingo como ya lo hiciera tu madre años antes.
Te consolaba, entonces, que ella, tu madre, lo hacía, por necesidad. Pobre mujer tu fatigada madre, ahora abuela de un mocoso que había decidido jugar al fútbol domingo tras domingo. Aquellos dolores, los de la abuela, venían dados por la ausencia de lavadoras en la España en blanco y negro. Los tuyos, porque al niño le gustaba el fútbol.
Tocaba frotar el barro en la bañera. Las medias, la pantaloneta, la ropa interior, y la camiseta, por supuesto. “Quitar lo mayor”, al menos. Vaciar la bañera, llenarla de nuevo, y otra vez, y otra vez, hasta que aquello estuviera presentable para una de esas lavadoras de las últimas décadas del siglo pasado. “Esto no entra así en la lavadora; capaz de romperse”, que aún pensabas, querida madre lectora, que aquel electrodoméstico era para toda la vida.
Sirva de homenaje el partido de este fin de semana a todas aquellas madres que alguna vez quitaron barro de una camiseta de fútbol. Porque unos cuantos hijos del barro riojano asaltarán Las Gaunas este domingo a las cinco de la tarde para ser protagonistas del derbi más regional de la última década.
Blanquirrojos y rojillos juntos, junto a la Muralla del Revellín. / Clara Larrea
Representarán sobre el césped a todos esos riojanos que alguna vez se mezclaron sobre el espeso lodazal de Jesuitas, del Campo 1 y 2 del viejo Prado Viejo, del de Varea, del Cementerio de Nájera, del Planarresano aquel en Arnedo; de los Anexos, malditos Anexos, de Las Gaunas; o del campo ese de Baños de Río Tobía, que Dios tenga en custodia.
Los hijos del barro toman Las Gaunas en una selección natural del infrafútbol. Miguel, Bobadilla, Víctor López, Iñaki, César Remón, Guille Cabrera, Ubis, Barcina, Barrio, Emilio, Sergio Benito, Gonzalo, Nacho Zabal… nos representan a todos los que soñamos con pisar alguna vez Las Gaunas y nunca lo conseguimos. Ellos lo harán, y con ellos nuestros pensamientos de que al menos tuvimos las mismas oportunidades: es decir, golpear aquellos ‘micasa’ en Jesuitas como ellos lo hicieron. No con tanto éxito, pero no hemos venido aquí a hablar de nuestro libro.
Porque, sí, el Logroñés estaba en Primera, o en Segunda, pero allí solo se iba a ver jugar al fútbol, o como mucho a levantar una copa ante la afición si en el mejor de los casos jugabas en la cantera del Logroñés. El resto de los niños, los del Loyola, los del Berceo, los del Arnedo, los del Calahorra, los del Villegas… iban a Las Gaunas para ver a las estrellas, con sus caras estrelladas entre las rejas verdes del vetusto. Solo los mejores, unos pocos, alcanzaban, revestidos de nacimiento con la roblanvera, a debutar con el Logroñés.
Comparten muchas batallas y el ambiente es relajado y divertido. / Clara Larrea
Así que del infrafútbol también se pueden extraer elementos propios y reconocibles que nos acercan a ese cariñito que solo lo cercano puede generar, y que a unos cuantos la nostalgia les impide reconocer. Uno del Cantabria, otro del Villegas, otro del Calasancio, otro del Loyola, otro del Berceo, otro del Calahorra… harán el paseíllo previo sobre el césped impecable de Las Gaunas. Serán profetas en su tierra. Habrán alcanzado un espacio reservado para muy pocas personas. Serán los protagonistas de un partido en Las Gaunas. Y lo serán siendo riojanos, y compitiendo cara a cara contra otros riojanos al máximo nivel, al menos al que ahora mismo aspira el fútbol riojano: porque un choque en Segunda B no es ni mucho menos menor, aunque por desconocimiento pueda parecerlo.
Así que el azul del Loyola, el amarillo del Calasancio, el verde del Berceo, la blanquirroja del Logroñés, la rojilla del Calahorra, la encarnada del Villegas… mezclarán el domingo a los que todos fuimos alguna vez con lo que solo ellos podrán lograr y contar en un futuro: que siendo hijos del barro, como tú o como yo, asaltaron un día Las Gaunas para ser los artífices de un partido que saborearán para el resto de sus días. Y bajos sus pies, tras cada cambio de ritmo, giro o centro al área, un poco de barro quedará atrás en recuerdo de aquellas madres que quitaron barro para que ellos puedan estar este domingo defendiendo toda esta herencia en Las Gaunas.
“No sé cómo en el Loyola podíamos jugar al toque teniendo ese campo de tierra”, recuerda César Remón, reunido por la Cadena SER y NueveCuatroUno para este reportaje, con todos aquellos jugadores riojanos (más Samuel Obeng) que quisieron (o pudieron) aceptar la invitación de estos dos medios riojanos. Porque es un derbi de profundas raíces personales.
El domingo tomarán Las Gaunas para ser protagonistas de un derbi a la riojana. / Clara Larrrea
Si en La Rioja somos cuatro… Remón ha jugado contra Iñaki en Segunda. Iñaki ha compartido equipo con Miguel; Miguel ha jugado contra Remón; Remón comparte equipo con Iñaki, que ha jugado en el mismo equipo que Javi Barrio, pero también en contra; y Javi Barrio juega con Emilio, que ha jugado contra Víctor López; que a su vez comparte equipo con Bobadilla, que ante tanto veterano asume un papel secundario, como Víctor y Emilio: escuchan, callan y aprenden… o esa sensación quieren dar.
Llevan menos barro a sus espaldas, porque no recuerdan los viejos campos de Prado Viejo, tampoco Las Canteras, les quiere como sonar el campo de tierra de Jesuitas… pero sí, los ‘micasa’ han pasado por sus muslos a modo de tatuaje semanal. Por eso no se arrugarán sobre el césped de Las Gaunas. Les ha costado, a todos, tanto llegar hasta aquí, que una vez las luces están puestas sobre ellos, lo mejor es disfrutar el momento, por todos aquellos que hemos entrenado a media luz en el campo de tierra de: Prado Viejo, D’Elhuyar, Baños, Las Canteras, Jesuitas, Varea, Planarresano, Los Anexos…
Un minutito de silencio por todas las víctimas y a Las Gaunas, que ponen fútbol a la riojana.
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