La Rioja

La cruz, la desilusión de los que quedan sin Reyes Magos

En algunas historias hay cara y cruz. En la de los Reyes Magos de este 2019 la cruz ha sido bastante numerosa: en torno a un millar de niños y padres se han quedado, literalmente, a las puertas de ver a sus Majestades de Oriente en vivo y en directo.

Y es corrían las 9,37 horas cuando se han cerrado las puertas de Las Gaunas. Aforo completo. Pero aun así seguían llegando familias a las inmediaciones del estadio logroñés. Entonces ha empezado un fenómeno curioso: personas dando vueltas como una noria, alrededor del campo, comprobando puerta a puerta que todas estaban cerradas. Así que al mismo ritmo que iba completándose la vuelta al estadio, se iba viniendo abajo la ilusión de los más pequeños.

Tocaba entonces echar mano de la pantalla puesta en el exterior. No es lo mismo, pero menos es nada. Y en esos minutos de impás, entre que empezaba el espectáculo previo y que comenzaba la retransmisión del evento (porque ha tardado unos 20 minutos en conectarse lo interior y lo exterior) se han vivido escenas de cierto nerviosismo. Es más, por momentos, de cierta psicosis: si alguien veía el menor movimiento en una puerta, echaba a correr, había efecto llamada y este se multiplicaba. Han llegado incluso a registrarse varias estampidas, que por suerte no han tenido consecuencias.

Entre tanto nervio, y aunque la desilusión -las caras eran un poema- era la protagonistas en los aledaños de Las Gaunas, también había alguno que se lo tomaba con filosofía. Dos buenos ejemplos eran Bruno e Iker, de 8 y 9 años, que pasaban el rato cazando Pokemon por la zona… Eso es aprovechar la ocasión.

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